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quinta-feira, 18 de janeiro de 2018

FUNDACIÓN DEL ESPAÑOL URGENTE

Agencia EFEFundéu - BBVA
FUNDACIÓN DEL ESPAÑOL URGENTE

iniciático 


no es inicial

Recomendación urgente del día
El adjetivo iniciático significa ‘perteneciente o relativo a una experiencia decisiva o a la iniciación en un rito, un culto o una sociedad secreta’, por lo que se aconseja no emplearlo con el sentido de inicial.
En los medios de comunicación pueden verse frases como «La presión alta de los de Zidane atornillaba a su rival en el punto iniciático del juego», «Sin tardar mucho, marcó el tanto iniciático» o «La ANC amplía a todas las fuerzas independentistas su apoyo iniciático a Puigdemont».
Los diccionarios principales definen iniciático como ‘perteneciente o relativo a una experiencia decisiva’, ‘que inicia o que da a conocer lo que es desconocido o secreto’ o ‘que sirve para iniciar a alguien en algo’viaje iniciáticorito iniciáticoritual iniciático…
El adjetivo inicial, en cambio, significa ‘perteneciente o relativo al origen o principio de las cosas’, como en el pitido inicial del árbitroel pacto inicial entre Merkel y Schulz o el informe inicial del abogado.
Así pues, pese a la semejanza gráfica de ambos adjetivos, lo adecuado en los primeros ejemplos habría sido escribir «La presión alta de los de Zidane atornillaba a su rival en el inicio de la jugada», «Sin tardar mucho, marcó el tanto inicial» y «La ANC amplía a todas las fuerzas independentistas su apoyo inicial a Puigdemont».
F_jMfDFi_biggerEsta recomendación es adaptación de la publicada originalmente por Fundéu Argentina para los medios y profesionales de ese país: iniciático no significa lo mismo que inicial.

LA FRUTA PROHIBIDA DEL EDÉN


La fruta prohibida 


del 


Edén 


no era la manzana: 


lo tradujeron mal


El error en la traducción de los textos sagrados hebreos se remonta al siglo IV d.C. ¿Qué fue entonces lo que mordieron Adán y Eva?
La fruta prohibida del Edén no era la manzana: lo tradujeron mal
I
La popularización de la manzana como la fruta prohibida que causó el pecado original de los personajes bíblicos Adán y Eva, resulta ser consecuencia de una traducción errónea de los textos sagrados al ser vertidos del hebreo al latín vulgar.
La interpretación fue realizada por el clérigo Jerónimo de Estridón, quien en el año 382 d.C. recibió del papa Damaso I la orden de redactar lo que después se llamaría la Vulgata, una versión de la Biblia –vertida al latín– para el pueblo llano.
Pixabay / Capri23auto
Jerónimo no dominaba el hebreo. Para aprenderlo, se fue a Belén y tardó unos 15 años en traducir los textos originales. No obstante, varios fallos se entrometieron en su Vulgata.

¿Сómo nació el manzano de la Vulgata?

Al traducir la parte bíblica que habla de un árbol cuyos frutos prohibió Dios a Adán y Eva comer, Jerónimo confundió el término 'mālus', que significa 'manzano', con el 'malus' que se traduce como 'mal'.
Fue de esa manera que interpretó la frase que habla de la fruta del Árbol del conocimiento del Bien y del Mal, ofrecida por la serpiente a Eva, y allí se basa su error. 
En defensa de Jerónimo, hay que admitir que no lo tuvo él fácil: el término 'malus' también se refería en aquellos tiempos a toda fruta que contuviera semillas. Se podía tratar tanto de un albaricoque como de una pera.
Cabe mencionar que en las escrituras originarias en hebreo, la fruta del dicho árbol se denominaba con un término genérico 'peri', indica Gizmodo.

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