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sábado, 25 de junho de 2016

EL IDIOMA ESPAÑOL

¿Qué tanto español sabemos?

“Me luce grato, divertido, elegante, simpático, ameno, que ‘digamos lo que digamos o como lo digamos’, nos seguimos entendiendo”.

El rey Felipe y la reina Letizia reciben la edición 23 del diccionario d...
El rey Felipe y la reina Letizia reciben la edición 23 del diccionario de la RAE 


“Présteme una toballa”, “ese hombre es un vagamundo”, “eso es un palabro” (palabra rara o mal dicha), “deseo comerme una almóndiga”, “me encontré un murciégalo”, “me quiero tomar un güisqui”, “me persiguió un crocodilo”, “compré un bluyín” (también yin), “viajo en el mes de otubre”, “necesito un dotor”. Todas estas frases (y existen más), aunque le suenen mal, aunque no lo crea, son correctas. Lo son porque laReal Academia de la Lengua Española, dentro de sus políticas, desde no hace muchos años, estableció la de incluir en el diccionario y aceptar como palabras dentro de nuestro idioma, algunas alteraciones de la lengua que hacen personas que hablan o pronuncian mal. No sé si ya aceptaron “suidad” en vez de ciudad; es uno de esos deterioros que detecto en ciertas personas.


La revista Perfil.com hizo la consulta hace algún tiempo a la RAE de ¿por qué incluye en nuestro idioma estas palabras mal escritas o mal pronunciadas? Y la respuesta de la Unidad Intereractiva del Diccionario de la RAE fue: "El Diccionario de la lengua española pretende recoger el léxico general de la lengua hablada en España y en los países hispánicos". Y agregó: "En cualquier caso es requisito fundamental para el mantenimiento y la inclusión de voces y acepciones que corresponden a las distintas áreas y países de habla hispánica, que su empleo actual –se excluyen, por tanto, los arcaísmos dialectales– esté suficientemente documentado en textos, preferentemente de autores de reconocido prestigio". Y a mi juicio, de manera arbitraria, la RAE decidió que, para que sean incluidas, debe existir un uso comprobado de al menos siete años. Y ¿por qué siete años? Allí es donde encuentro la arbitrariedad, pues no conozco una explicación lógica.

Recuerdo que hasta hace poco tiempo, una década quizás, todavía les costaba a muchas personas usar ciertas palabras femeninas a las que no estábamos acostumbrados. Pero hace más de tres décadas que fueron aceptadas, por ejemplo: médica, ministra, presidenta, ingeniera, clienta, árbitra; en fin, son miles. Antes se decía: La médico, la ministro, la presidente, la ingeniero, la cliente, la árbitro. Es decir, hasta cierto punto, es razonable la política de que “las costumbres se convierten en leyes”.

Ahora, con los avances tecnológicos, son muchas las palabras incluidas en nuestra lengua. Destaco quizás que Twitter le ganó una pequeña o gran batalla a Google y a otros gigantes de las modernas comunicaciones cibernéticas. El verbo “tuitear” es totalmente correcto en español, pero no así, o al menos hasta hora, el verbo “gluguear”.


Esto significa que nuestro idioma se pone cada vez más complejo. Su modernización obedece a las costumbres. Tomemos como ejemplo 25 palabras nuevas incluidas en el diccionario de la RAE en el 2014. Trate de entenderlas todas, aquí van: Affaire, Amigovios, Backstage, Blogueros, Chats, Coach, Conflictuar, Espanglish, Establishment, Feminicidio, Frikis, Hackers, Hipervínculo, Identikit, Impasse, Kínder, Lonchera, Matrimonio homosexual, Monoparental, Multiculturalidad, Papichulo, Récord, Sunami, Tuitear, Wifi.

Y ni que decir de los modismos o regionalismos, que nos permiten distinguir a un mexicano de un cubano, de un argentino, de un venezolano, con extrema facilidad, aun hablando todos el mismo idioma.

Con seguridad podría seguir jugando con el tema. Nuestro idioma ha sido siempre rico, abundante en términos y palabras, y no dejará de crecer: son más las palabras nuevas que las que van desapareciendo. Me luce grato, divertido, elegante, simpático, ameno, que “digamos lo que digamos o como lo digamos”, nos seguimos entendiendo.

Nota: La presente pieza fue seleccionada para publicación en nuestra sección de opinión como una contribución al debate público. La(s) visión(es) expresadas allí pertenecen exclusivamente a su(s) autor(es). Este contenido no representa la visión de Univision Noticias o la de su línea editorial.

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