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quarta-feira, 13 de julho de 2016

COMUNICACIÓN CIENTÍFICA

ingles en las publicaciones cientificas
Más de 550 millones de hispanohablantes convierten hoy en día al español en la segunda lengua más hablada en el mundo, por detrás del chino mandarín. Este idioma es también el segundo más utilizado en Internet. Pero no queda ahí la cosa: más de 21 millones de alumnos estudian español como lengua extranjera en diversas regiones del planeta. “Estas cifras ponen de manifiesto no solo el valor que el idioma español tiene en la formación e identificación de una cultura, sino también, la proyección presente y futura de una lengua, rica en matices, abocada a trabajar por ocupar el lugar que merece”, como asegura Carmen Caffarel, exdirectora general de RTVE y exdirectora del Instituto Cervantes. Sin embargo, la mayor parte de los avances médicos se siguen publicando en inglés.
Sobre esta cuestión han debatido los expertos reunidos en la XI Jornada MEDES – MEDicina en Español que, bajo el título “El español médico y la biomedicina en español: pasado, presente y futuro”, se ha celebrado en el marco de los Cursos de Verano de El Escorial. Carmen Caffarel ha subrayado la necesidad de llevar a cabo, por parte de las instituciones pertinentes, “políticas proactivas a favor de la publicación científica en español”. Por su parte, el doctor Fernando Navarro, traductor médico y vocal del Comité Técnico de MEDES (MEDicina en Español) ha lamentado que “hoy por hoy es mucho más fácil encontrar en Google un artículo del tres al cuarto en inglés que el último artículo publicado en español en alguna de las grandes revistas médicas españolas”.

La razón que ha relegado al español como idioma científico

La razón principal que ha relegado al español científico a un segundo lugar es que durante los siglos XIX y XX la inversión en ciencia en España y, en general, en todos los países hispanoamericanos ha estado bastante por debajo de la desarrollada en otros lugares. Así lo han indicado los expertos. “A esto debemos sumar que los Estados Unidos llevan desde mediados del siglo pasado ejerciendo una presión imparable para que sea el inglés el idioma que prime en los intercambios científicos, las bases de datos, las revistas especializadas, e internet. El resto de idiomas han dejado ejercer pasivamente esa hegemonía”, explica la doctora Bertha Gutierrez, profesora titular de Historia de la Ciencia en la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca y directora de la Revista Panacea
Ante esta situación, la doctora ha subrayado la necesidad de reflexionar sobre las causas que han llevado al lenguaje científico español hasta el puesto donde está, “bastante diferente que el del español de la cultura o de la literatura”. Ha propuesto debatir sobre las posibles soluciones “para que en el futuro no se pierda definitivamente la posibilidad de ser una lengua de ciencia”. Fernando Navarro ha añadido que “no nos resignemos al monolingüismo científico”.

Las graves consecuencias del monolingüismo científico

Entre las consecuencias que podría tener el hecho de resignarse a un monolingüismo científico podemos hablar de exclusión de las aportaciones realizadas en otros idiomas, dependencia científica y uniformidad del pensamiento, acrecentamiento de la barrera lingüística entre la ciencia médica universitaria (que se publica en inglés) y la práctica (que lee principalmente en el idioma materno: español), “sin contar con la discriminación lingüística, o a la creencia cada vez más generalizada de que un artículo en inglés es, por el mero hecho de estar escrito en este idioma, de mayor calidad que otro en español o cualquier otra lengua”, concluye Navarro.
En un momento en el que el liderazgo del inglés como idioma de la ciencia médica está claro, el español de la biomedicina parece no sucumbir gracias a la necesidad de comunicación entre sí de los profesionales de los países de habla hispana. “Me resisto a creer que la medicina española e hispanoamericana se conforme con ocupar indefinidamente una posición secundaria en el gran teatro de la ciencia mundial. Y estoy convencido de que el español puede volver a ser una de las grandes lenguas internacionales de la cultura, también en el ámbito científico”, aplaude el doctor Navarro.
Hasta entonces, es fundamental que la lengua española mantenga en vigor un lenguaje especializado y su capacidad para expresar de forma precisa y eficaz los nuevos descubrimientos científicos. Para ello, “precisamos de más y mejores traducciones especializadas realizadas con la máxima calidad y también de más y mejores libros de consulta, artículos originales y textos de todo tipo escritos directamente en lengua española” concluye Navarro. Bertha Gutiérrez, añade que “es fundamental abandonar el papanatismo tradicional que nos hace creer que todo lo que viene de fuera, y en este caso concreto, lo que se publica o se dice en inglés, es mejor que lo que se hace o se dice en España o en español”.

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