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segunda-feira, 31 de março de 2014

INSULTOS

221 insultos en castellano que deberías saber



Abrazafarolas, hay que decirlo más.

FUENTE:http://www.revistagq.com/articulos/221-insultos-en-castellano-que-deberias-saber/19728



El castellano es un idioma muy rico. Un hecho insólito si tenemos en cuenta que la mayoría de sus hablantes son, a día de hoy, mileuristas. Sin embargo, el español medio desconoce en gran medida una parte muy importante de nuestro extenso vocabulario.

Según expertos en lingüística como Fundeu BBVA, un ciudadano medio español no usa más de 1.000 palabras y sólo los muy cultos alcanzan las 5.000. Por eso, para ponerle remedio a este descalabro que desaprovecha de manera descarada las posibilidades de nuestra lengua, en GQ hemos decidido ayudaros a conocer esas palabras que la mayoría desconoce. Y como sucede siempre cuando uno comienza a aprender un idioma nuevo, empezaremos por lo más importante: los insultos.

He aquí, pues, una lista con 221 insultos que nos brinda el castellano y que tú deberías controlar.

1. Abanto
2.
 Abrazafarolas
3.
 Adufe
4. 
Alcornoque
5. 
Alfeñique
6. 
Andurriasmo
7.
 Arrastracueros
8. 
Artabán
9. 
Atarre
10. 
Baboso
11. 
Barrabás
12. 
Barriobajero
13. 
Bebecharcos
14. 
Bellaco
15.
 Belloto
16. 
Berzotas
17. 
Besugo
18.
 Bobalicón
19. 
Bocabuzón
20. 
Bocachancla
21. 
Bocallanta
22. 
Boquimuelle
23. 
Borrico
24. 
Botarate
25. 
Brasas
26.
 Cabestro
27. 
Cabezaalberca
28. 
Cabezabuque
29. 
Cachibache
30. 
Cafre
31. 
Cagalindes
32. 
Cagarruta
33. 
Calambuco
34. 
Calamidad
35. 
Caldúo
36.
 Calientahielos
37. 
Calzamonas
38. 
Cansalmas
39. 
Cantamañanas
40.
 Capullo
41. 
Caracaballo
42. 
Caracartón
43. 
Caraculo
44. 
Caraflema
45. 
Carajaula
46. 
Carajote
47.
 Carapapa
48. Carapijo
49. 
Cazurro
50. 
Cebollino
51. 
Cenizo
52. 
Cenutrio
53.
 Ceporro
54. 
Cernícalo
55. 
Charrán
56. 
Chiquilicuatre
57. 
Chirimbaina
58. 
Chupacables
59. 
Chupasangre
60.
 Chupóptero
61. 
Cierrabares
62. 
Cipote
63. 
Comebolsas
64. 
Comechapas
65.
 Comeflores
66. 
Comestacas
67. 
Cretino
68. 
Cuerpoescombro
69. 
Culopollo
70.
 Descerebrado
71. 
Desgarracalzas
72. 
Dondiego
73. 
Donnadie
74. 
Echacantos
75. 
Ejarramantas
76.
 Energúmeno
77. 
Esbaratabailes
78. 
Escolimoso
79. 
Escornacabras
80. 
Estulto
81.
 Fanfosquero
82. 
Fantoche
83. 
Fariseo
84. 
Filimincias
85. 
Foligoso
86. 
Fulastre
87.
 Ganapán
88. 
Ganapio
89. 
Gandúl
90. 
Gañán
91. 
Gaznápiro
92. 
Gilipuertas
93. 
Giraesquinas
94. 
Gorrino
95. 
Gorrumino
96. 
Guitarro
97. 
Gurriato
98. 
Habahelá
99. 
Huelegateras
100. 
Huevón
101. 
Lamecharcos
102. 
Lameculos
103. 
Lameplatos
104.
 Lechuguino
105. 
Lerdo
106. Letrín
107. Lloramigas
108. Longanizas
109.
 Lumbreras
110. 
Maganto
111. 
Majadero
112.
 Malasangre
113. 
Malasombra
114. 
Malparido
115. 
Mameluco
116. 
Mamporrero
117. 
Manegueta
118. 
Mangarrán
119. 
Mangurrián
120. 
Mastuerzo
121. 
Matacandiles
122. 
Meapilas
123. 
Melón
124. 
Mendrugo
125. 
Mentecato
126. 
Mequetrefe
127. 
Merluzo
128. 
Metemuertos
129. 
Metijaco
130. 
Mindundi
131. 
Morlaco
132. 
Morroestufa
133. 
Muerdesartenes
134. 
Orate
135. 
Ovejo
136. 
Pagafantas
137. 
Palurdo
138. 
Pamplinas
139. 
Panarra
140. 
Panoli
141. 
Papafrita
142.
 Papanatas
143. 
Papirote
144. 
Paquete
145. 
Pardillo
146. 
Parguela
147. 
Pasmarote
148. 
Pasmasuegras
149. 
Pataliebre
150. 
Patán
151. 
Pavitonto
152. 
Pazguato
153. 
Pecholata
154.
 Pedorro
155. 
Peinabombillas
156.
 Peinaovejas
157. 
Pelagallos
158. 
Pelagambas
159. 
Pelagatos
160. 
Pelatigres
161.
 Pelazarzas
162. 
Pelele
163. 
Pelma
164. 
Percebe
165. 
Perrocostra
166. 
Perroflauta
167. 
Peterete
168. 
Petimetre
169. 
Picapleitos
170.
 Pichabrava
171. 
Pillavispas
172. 
Piltrafa
173. 
Pinchauvas
174. 
Pintamonas
175.
 Piojoso
176. 
Pitañoso
177.
 Pitofloro
178.
 Plomo
179. Pocasluces
180. 
Pollopera
181.
 Quitahipos
182.
 Rastrapajo
183.
 Rebañasandías
184.
 Revientabaules
185.
 Ríeleches
186.
 Robaperas
187.
 Sabandija
188. 
Sacamuelas
189. 
Sanguijuela
190. 
Sinentraero
191. 
Sinsustancia
192.
 Sonajas
193. 
Sonso
194. 
Soplagaitas
195. 
Soplaguindas
196. 
Sosco
197.
 Tagarote
198. 
Tarado
199. 
Tarugo
200. 
Tiralevitas
201. 
Tocapelotas
202. 
Tocho
203. 
Tolai
204.
 Tontaco
205. 
Tontucio
206. 
Tordo
207. 
Tragaldabas
208.
 Tuercebotas
209. 
Tunante
210. 
Zamacuco
211. 
Zambombo
212. 
Zampabollos
213. 
Zamugo
214. 
Zángano
215. 
Zarrapastroso
216. 
Zascandil
217. 
Zopenco
218. 
Zoquete
219. 
Zote
220. 
Zullenco
221. 
Zurcefrenillos

LAS VERDADES DE JOSÉ LUIS SAMPEDRO


En el primer aniversario de su muerte se publica el libro póstumo del escritor

‘Sala de espera’ incluye reflexiones sobre su infancia, su vida y su final

os - El País-Madrid

La conciencia de la agonía fue plena en el escritor José Luis Sampedro (Barcelona, 1917-Madrid, 2013). Murió a los 96 años sabiendo y aceptando que aquello se acababa. “La muerte me lleva de la mano, pero se está portando bien porque me deja pensar”, le dijo a una amiga. Con su envidiable lucidez y calma, la frase pervive ahora grabada en el lomo azul de Sala de espera (Plaza y Janés), libro póstumo del escritor que se publica esta semana como homenaje al primer año de su ausencia.






Sampedro falleció un 8 de abril dejando multitud de anotaciones y textos inéditos, escribió hasta el final. Dos de sus últimos proyectos, Los Ríos ySala de espera, ven ahora la luz por decisión de su compañera y legataria, Olga Lucas, quien explica que dejará “aparcadas” las obras inconclusas iniciadas en “un pasado remoto” pero se ocupará de los inéditos del final de su vida. “Es decir de aquellos de los que tengo seguridad y conocimiento directo acerca de sus intenciones”, afirma en el prólogo del libro.
Los Ríos es un texto a dos voces, la del propio autor y la de su mujer, que un día decidieron escribir cada uno para el otro sobre sus propias biografías recurriendo a la corriente de agua como metáfora de la vida, figura manriqueña que tanto apreciaba el autor de Octubre, octubre.“Contaré los primeros ochenta años del río José Luis, que conozco como nadie, prescindiendo de detalles y ahondando, en cambio, en los momentos y sucesos más definitorios”, anota Sampedro antes de iniciar un recuento vital que se detiene con brío en su infancia tangerina, donde vivió hasta los 13 años (“ha sido para mí un inmenso regalo del destino, perenne en mis raíces y marcándome definitivamente”), su amistad con la niña Odette, los veranos, la playa y el primer viaje a España para entrar interno en un colegio de Zaragoza. El cambio radical de paisaje afectó al feliz transcurso del riachuelo, que circuló apesadumbrado hasta el descubrimiento —o mejor dicho, la torrencial salvación— de la lectura. En casa de unos tíos da con una colección olvidada de libros de aventuras (“mosqueteros, piratas, espadachines, bandidos generosos, guerreros, delincuentes ingeniosos y otros héroes novelescos”) editada por el periódico La correspondencia de España:“Fueron como inyecciones estimulantes. Hicieron revivir el ímpetu del río, lo despertaron de su encantamiento”.
Tánger ha sido un inmenso regalo del destino, perenne en mis raíces”
El caudal creció con fuerza y su curso le llevó a convertirse en uno de los pensadores españoles más respetados y queridos por las nuevas generaciones, huérfanas de voces capaces de cifrar su desamparo. Novelista y economista, profesor,referente del 15-M y un ejemplo de resistencia y dignidad intelectual, Sampedro plasma en Sala de espera sus preocupaciones por un mundo desbocado, capaz de echar por tierra todos sus principios de justicia, crítica y humanidad. Según explica su viuda, apuntaba las ideas en “libretas, blocs y cuadernillos a las que daba vueltas y más vueltas, incorporando las preocupaciones que le producían las noticias”. A diferencia de otros libros, “este le hacía sufrir más que disfrutar y, finalmente, falleció dejando sus cajones repletos de anotaciones, disculpándose por no haber logrado ponerlas en claro y pidiéndome que publicara yo lo que me fuera posible descifrar”. Olga Lucas ha decidido sin embargo editarlos tal cual por miedo a traicionar o alterar su sentido.
José Luis Sampedro fotografiado de niño en Tánger, donde vivió hasta los 13 años.
Es aquí donde el escritor esboza “sus verdades”, donde se replantea el sentido último de la nueva barbarie, donde busca aportar algo propio al proceso de desescombro que vivimos, donde planta batalla al cinismo, donde se confiesa con tristeza como un apátrida, un eterno inmigrante: “La sublevación de los militares españoles en 1936 hundió para siempre el mundo anterior. Desde entonces soy un inmigrante en el tiempo (no solo hay migraciones espaciales), sin esperanza de retornar a mi origen —la España de 1935— porque desapareció como la Atlántida”.
Retirado en su costa de Mijas como “un monje medieval en la montaña” toma conciencia última de nuestra nimiedad. Aunque no tanta: “Somos un momentáneo corpúsculo, material biodegradable para el perpetuo reciclado. Un infinitésimo de energía. Pero hablante”. Cree en la palabra, pero advierte de sus peligros: del naufragio del sentido crítico, de la cobardía de los que no quieren significarse. “No solo hay que reivindicar siempre el derecho a la palabra, como máxima expresión de nuestra humanidad. También hay que cumplir el deber de usarla en pro de la dignidad propia o ajena. Pues, como proclamó magistralmente Martin Luther King, hay una conducta más escandalosa que la de los malvados y es el silencio de los hombres buenos que callan y miran para otro lado sin protestar de las maldades”.
En la antesala de la muerte, Sampedro pidió un Campari que al parecer le sirvieron muy frío. Complacido, se limitó a dar las gracias antes de desembocar en el mar definitivamente. A muchos les estremeció que la vela se apagase con tanta armonía física y mental. Quizá no sabían que cuarenta años atrás, perdido y trastornado por “el asco, el desprecio y la resignación” que le invadía se topó con una proclama “arrolladora” de mayo del 68, estampada en un muro del Odeón de París durante las revueltas estudiantiles. La recordó antes de morir porque cambió el curso de su vida. La anotó en mayúsculas: “¡QUE PAREN EL MUNDO, QUE ME APEO!” “Me convertí en el acto a ese programa. No podía yo parar el mundo, pero sí apearme con mi resistencia pasiva de la sociedad asfixiante. Así es que dejé, abandoné la columna humana en su marcha histórica hacia el desarrollo inaceptable y me quedé sentado en la cuneta, viéndoles pasar con sus chirimbolos y sus ilusorias banderitas”. En la cuneta, con su traje de misántropo, José Luis Sampedro comenzó el camino hacia sí mismo y, secretamente, hacia todos nosotros.

DARÍO VILLANUEVA


Darío Villanueva reivindica «El Quijote» de la libertad y los sentidos

 |  
AGENCIA EFE

El académico español Darío Villanueva reivindica la inmortal obra de Cervantes, Don Quijote de la Mancha, como una defensa de la libertad y, al mismo tiempo, como representación de la realidad a través de lo sensitivo, una singular interpretación que ratifica la vigencia y la modernidad de la obra.


Villanueva asistió en Quito a los actos del 140 aniversario de la Academia Ecuatoriana de la Lengua y pronunció la conferencia «La modernidad del Quijote: visión y dicción», en la que defendió la vigencia de la novela cervantina, elegida a principios de siglo como la mejor de la historia de la literatura por un centenar de escritores consultados por la Asociación de Escritores Suecos.
«El tema de Don Quijote es, sobre todo, la libertad de ser humano, y hay una especie de adhesión del autor a ese principio de la libertad», indicó Villanueva en una entrevista con Efe en Quito.
Lo mismo ocurre con el tema «de la igualdad de los seres humanos», señaló, y consideró que se trata de un libro «profundamente democrático», como sostiene el mismo protagonista de la novela al afirmar que «no es un hombre más que otro, sino hace más que otro».
«Es difícil que una novela que no conserve rasgos de modernidad pueda ser escogida por cien escritores de hoy como la mejor novela de todos los tiempos», dijo el también secretario de la Real Academia Española (RAE).
El experto destacó, en ese sentido, la modernidad de la representación de la realidad enEl Quijote, «no tanto por una vía racional» sino a través de la vía sensitiva, algo «muy de nuestra época».
Y explicó que el «testimonio sensitivo» está presente en la forma en que se representa la locura y la relación con los demás del protagonista, Alonso Quijano.
La obra está plagada de escenas dialogadas, y las palabras dijo y respondió son las más frecuentes, pero también la vista está plenamente presente, con 410 apariciones del verbo ver y, junto a ello, otras expresiones de lo sensitivo jalonan la obra, en la que pueden encontrarse alusiones frecuentes al olfato, el oído y el tacto.
«El escritor no se queda en el plano de las abstracciones, sino que desciende a lo más perceptible a través de esas cinco grandes ventanas de percepción del mundo» que son los sentidos, explicó.
Villanueva, quien comenzó a leer El Quijote de niño y aún sigue haciéndolo, lo califica como «libro inagotable», cuya relectura no solo «nunca decepciona», sino que ofrece ideas nuevas y aspectos antes no encontrados.
Esa es, en opinión del académico español, una de las características de los verdaderos clásicos, que «cada generación lee en ellas algo distinto y algo que resulta gratificante, que resulta útil, provechoso, iluminador».
El Quijote, cuando se publicó fue recibido como un «libro de burlas, un libro humorístico», pero en el siglo XVII los ingleses vieron en la obra «un gran fresco narrativo» acerca de «cómo se escribe la novela» y ya en el XIX, los románticos lo interpretaron como la representación del choque entre el idealismo y el materialismo, dijo Villanueva.
Además, para el filólogo, «cada uno de nosotros en sí mismo, con la evolución de su edad y de su perspectiva personal, también puede transformarse en un lector diferente al que era antes».
El experto destacó otro de los temas que considera centrales en esta novela sobre las andanzas del ingenioso hidalgo y es la contraposición «a la realidad real» de «otras falsas realidades que, sin embargo, tienen un gran poder de convicción».
«Es un tema muy de hoy: la sustitución de la realidad por un remedo de ella que, sin embargo, puede llegar a sentirse más fuerte, más poderoso que la realidad propiamente dicha», aseveró.

LENGUANDO





Lenguando, una forma diferente de reunir a los amantes del idioma

 |  
AGENCIA EFE

Escritores, traductores, correctores, foniatras, programadores y amantes del idioma en general se reunirán este fin de semana en la Casa del Lector de Madrid en Lenguando. Conectados por la lengua, un encuentro cuyos organizadores definen como «único, diferente, práctico y, por supuesto, divertido».


Durante dos días se sucederán talleres y ponencias sobre escritura, lingüística, edición («No me llames editor, llámame Lola»), corrección lingüística («Horrorismos, herratas y otros anacolutos»), tecnología, enseñanza y traducción, entre otras áreas.
En el marco de estas jornadas, además, el Consejo Asesor de la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA), en el que se sientan académicos y prestigiosos lingüistas, periodistas y especialistas en otras materias, celebrará una de sus reuniones de cara al público.
El encuentro, que celebra este año su segunda edición, está organizado por Molino de Ideas, empresa especializada en procesamiento del lenguaje natural; Cálamo&Cran, una sociedad dedicada a los servicios editoriales y de corrección, y por Xosé Castro, guionista, traductor, intérprete y divulgador lingüístico, y cuenta con la colaboración de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez.
Eduardo Basterrechea, de Molino de Ideas, asegura en declaraciones a EFE que este encuentro pretende sobre todo animar a los 200 participantes y 40 ponentes a «ponerse en marcha».
«Todos podemos aportar a nuestra lengua, así que arranca y cuéntanos qué haces, por qué lo haces y hacia dónde vas. Para nosotros el lenguaje es comunicación, no es un veterano diciendo que escribes mal. Eso sí, no abandonamos el rigor; somos divertidos, pero rigurosos», explica.
Antonio Martín, socio-director de Cálamo&Cran, abunda en esa idea: «Es un planteamiento nuevo, muy horizontal, en el que el objetivo es conocer qué estás haciendo tú por el lenguaje y qué te puede servir de lo que está haciendo el otro, que probablemente no habrías escuchado porque no es de tu grupo».
«No se trata de que nos iluminen las grandes figuras, que también vendrán, sino de descubrir la riqueza de recursos que tenemos a nuestro lado. Y de recoger un cierto orgullo identitario, que falta nos hace. Algo del tipo: ‘sí, me dedico al lenguaje y me gusta’».
La socialización, la posibilidad de conocer a otras personas relacionadas con el mundo del idioma, es una de las claves de Lenguando.
«Tan importante como el programa de charlas», explica Xosé Castro. Por eso la inscripción a las jornadas incluye cafés, comida y hasta la posibilidad de pasar la noche desarrollando proyectos en la sede de Molino de Ideas, convertida en lo que ellos llaman cuarto lenguante.
«Sabemos que en nuestra cultura esos son momentos de distensión. En el primer Lenguando nos sorprendió la cantidad de contactos interprofesionales que se establecieron, y lo consideramos una marca de la casa», añade.

FUNDACIÓN DEL ESPAÑOL URGENTE









en pos de no es en


pro de

Recomendación urgente del día
La expresión en pos de significa ‘en busca de’, por lo que resulta inapropiado su uso en lugar de en pro de, que significa ‘en favor de’.
Ocasionalmente en los medios de comunicación aparece usado de modo indebido en pos de sin el significado que le es propio, como en «El presidente boliviano prosigue acciones en pos del deporte», «La asociación mostró sus originales iniciativas en pos del libro y la lectura» o «Se invitará a las mujeres a alzar su voz en pos de la causa», ejemplos en los que habría sido más adecuado en pro de.
Sí es adecuado el uso de esta expresión en casos como «Un rival volcado en pos del gol de la victoria», «25 candidatos en pos del máximo galardón que otorga anualmente el ayuntamiento» o «Dos solteros en pos de la presidencia de Venezuela».
En ciertos contextos y por la proximidad de sus significados podrían usarse ambas, como en «Trabaja en pos/pro de la igualdad» (porque busca la igualdad y está en favor de ella). Sin embargo, no siempre es así, ya que, por ejemplo, si alguien se muestra en pro del Gobierno, lo apoya, mientras que si está en pos del Gobierno, quiere llegar a él.

LÍNEA DIRECTA





Decir con claridad y de manera comprensible


La constante incorporación de nuevas palabras obliga a los organismos de consulta del español a adoptar la misma celeridad para orientar sobre la forma más adecuada de uso. La Fundación del Español Urgente (Fundéu) avisó, con un tuit, sobre una nueva aplicación para resolver dudas lingüísticas casi al instante. Decía el tuit: "Fundéu BBVA @Fundeu Presentamos nuestra aplicación, que permite resolver dudas lingüísticas desde tu móvil o tableta. http://bit.ly/1lbZhZ3 #FundéuApli".
Pero ya oportunamente Fundéu (www.fundeu.es) había enviado un correo electrónico con la siguiente recomendación: "Aplicación, alternativa a app". Quizás a los rioplatenses no se nos había ocurrido, pero en el cada día más amplio mundo de los hablantes del español, a juzgar por lo que dice Fundéu, "app, un acortamiento del término inglés application" se utiliza con mucha frecuencia para aludir a ese tipo de programa informático diseñado como herramienta que permite al usuario realizar diversos trabajos'.
Fundéu recuerda que "aplicación se recoge en el Diccionario del estudiante de la Real Academia Española como término propio del lenguaje de la informática" con el significado antes mencionado, y que es una "acepción que encaja perfectamente con el significado de application y app".
Resumiendo, nuestra muy española aplicación es el equivalente perfecto del término en inglés. Hay otra observación que puede tomarse en cuenta y es la siguiente: "Si se desea abreviar el términoaplicación, se considera adecuada la alternativa apli, de la que se registran casos en los medios de comunicación, en las redes sociales y, sobre todo, en la lengua coloquial, y que sigue la pauta de otros acortamientos asentados en el español, como bici,bolitele.. Su plural es aplis".
He aquí un buen ejemplo de cómo un extranjerismo que es un tecnicismo llega para revolucionar el idioma nativo, y de cuáles son las estrategias establecidas por las reglas para hacerlo aceptable a nuestros usos y costumbres.
Un mail del doctor en química Héctor José Fasoli, del 25/3, vuelve sobre el tema de cómo comunicarse entre científicos y sociedad: "Yo mismo, como científico y docente, nunca hablo de «bajar conocimientos al aula», sino de «subirlos». Considero que es la actitud honorable que corresponde al especialista que debe exponer en lenguaje claro pero preciso sus conocimientos a la gente no especializada.
"Finalmente, un comentario sobre el doctor Enrique Belocopitow, precursor de la divulgación científica en la Argentina, y que usted mencionó en su columna. Para el tiempo en que él inició su escuela de periodismo científico yo era secretario editorial de la revista Ciencia Divulgada, que hacíamos algunos profesores de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA dirigidos por Fernando Yonni. Treinta años después, Belocopitow me convocó junto con otros colegas que habíamos recibido el Konex de Platino, para escribir una reseña de nuestros trabajos en un libro de enseñanza media: otra prueba de su infatigable labor para que la ciencia llegara a todos, sin más filtro que el que impone decir las cosas con claridad y de manera comprensible. Afortunadamente, en los últimos tiempos han aparecido muy buenos comunicadores de temas científicos."


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