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segunda-feira, 9 de junho de 2014

ESCRIBIR BIEN EN LA ERA DIGITAL


Apps en favor del español

POR: SIGLO NUEVO



El uso de internet y dispositivos móviles ha cambiado la forma en que la gente emplea el idioma, aún así existen instituciones que se han propuesto la misión de preservar su correcto uso aprovechando precisamente las posibilidades que brindan las nuevas tecnologías, pero ¿es esa la estrategia correcta?

“Escribir bien en la actualidad se nos está yendo entre los dedos”, parece ser el sentir de muchas personas que ven con preocupación, cómo el idioma ha perdido cierto rigor en las formas de expresión entre las nuevas generaciones, inmersas en la dinámica social de esta era digital. Si bien el idioma es un elemento vivo que evoluciona de acuerdo a las necesidades de la sociedad que lo usa, en realidad estas modificaciones lo han dejado en un nivel muy básico. Pero estas mismas dinámicas de comunicación pueden permitir que el idioma se fortalezca, al establecerse una necesidad de saber escribir con un mejor sentido.
La escritura ha sido parte fundamental en la creación de esto que llamamos humanidad. Su trascendencia va más allá de darnos la oportunidad de comunicarnos; es parte de nuestra vida, del pensar y del sentir de cada uno de nosotros; capaz de mostrarnos cómo somos o cómo quisiéramos ser.
Esta forma de expresión se ha ido modificando y enriqueciéndose a medida que el hombre ha avanzado en el tiempo, del tal manera que cuando es necesario crear una palabra para darle un significado a un nuevo suceso, llegamos a consensos generales o de grupo y usamos en nuestra expresión un nombre, un adjetivo, un verbo, una nueva palabra.
UNA CONSTANTE EVOLUCIÓN
El español es un idioma en constante evolución y, por ello, no es de extrañar que sufra modificaciones como las que presenta en la actualidad. Desde antes de su nacimiento, en la época del Imperio Romano, la raíz propia de su origen y de otros tantos que se hablan en Europa (lenguas romances) es el «latín vulgar». Se le conoce como vulgar porque era el latín que hablaba el pueblo, el vulgo, el cual no seguía las reglas depuradas que tenía el latín culto, desarrollado por los escritores, pensadores, juristas y demás personas que pertenecían a las clases altas de aquella sociedad.
El latín vulgar se expandió gracias a que casi todos los soldados que pertenecía a las legiones romanas hablaban de esa forma su idioma. De modo que al entrar en contacto con los pueblos originarios de los territorios conquistados, se fueron generando otros idiomas diferentes al mismo latín, pero guardando gran parte de su estructura. Los romanos conquistaron la península ibérica en el siglo III a. C., y ello significó el primer paso para el nacimiento del castellano.
A través de diferentes épocas el español ha integrado palabras provenientes de otras latitudes aumentando así su vocabulario y dándole mayor amplitud a su capacidad de expresión. Las influencias han sido variadas, algunas provenientes de los territorios germánicos, otras heredadas de los árabes y judíos, debido a la presencia de estos pueblos en la península ibérica, y unas más llevadas desde el nuevo mundo. En fechas más recientes el idioma ha incorporado o adaptado también algunas voces del francés, el italiano y el inglés.
El español ha sufrido variaciones que lo han enriquecido, pero la preocupación que existe ante la dinámica del uso de las nuevas tecnologías de información y comunicación reside en la falta de interés que muestra la gente, por conocer el idioma y sobre todo por saber cómo utilizar correctamente las palabras.
LA ESCRITURA DIGITAL
La era digital ha traído grandes beneficios al español; los números no mienten al decir que es uno de los idiomas más importantes de internet a nivel global, tanto por el número de hablantes como por su penetración en otros países como segunda lengua. No obstante, llama la atención el poco interés que despierta en las nuevas generaciones conocerlo a profundidad, y contrario a esto usar sólo lo más básico para poder expresarse ante la comunidad virtual.
En esta época, a diferencias de otros tiempos, los cambios en el idioma están a la orden del día. La irrupción de la tecnología a la cotidianidad de la gran mayoría de las personas, ha provocado que las formas de expresión se vayan adecuando a la velocidad en que se quiera compartir un mensaje con la comunidad virtual, o bien a la disponibilidad de caracteres que permitan las aplicaciones («apps») de los dispositivos móviles.
No cabe duda que las nuevas tecnologías, ya no son sólo una herramienta, se han convertido en un modo de vida en la medida en que han transformado casi todos los aspectos del actuar en sociedad, proceso en el que obviamente el lenguaje no podía permanecer exento.
En esta era de la información, a diario puede observarse cómo las palabras del idioma van adaptándose: se acortan, se deforman, se les atribuyen significados completamente distintos a los originales, en fin, cambian, lo cual genera nuevas formas de expresión que han llamado la atención de algunos sectores de la sociedad, que ven como un problema ese rumbo que va tomando la escritura.
Para ellos las señales de alerta están constituidas tanto porque la mayoría de la gente utiliza solamente un porcentaje elemental del idioma, como porque lo hace con una ortografía laxa, en donde la regla parece ser no respetar la regla. Para otras, esta dinámica es un proceso normal dentro de la misma sociedad, en la cual dichas formas de comunicación han permitido, que a diferencia de otras épocas, los mensajes se propaguen más rápidamente, casi de forma instantánea, y que lleguen a más personas.
Si bien es cierto que la escritura es la memoria del mundo, es decir que la gran mayoría del pensamiento humano, en todas sus acepciones, arte, ciencia, religión, historia, e incluso la propia tecnología, fue conocida por el hombre, gracias a que a lo largo de la historia se registró a través de la palabra. La inmediatez de los formatos contemporáneos, permitieron que el lenguaje fuera más flexible y permisivo.
La memoria de nuestros días, se registra no sólo con la palabra, como sucedió en la edad antigua, media y moderna, sino que ahora la fotografía, el videos y el audio, dan fe de las cosas, esto ha llevado a que cada vez más, los jóvenes que han nacido en la era digital, desplacen el uso de la palabra escrita, por lo que el reto se vuelve doble, porque si bien es cierto su lenguaje es valido en su formato, también deben aprender el uso tradicional de la palabra, opina Francisco Suárez, analista de nuevos formatos de comunicación.
EN BUSCA DE SOLUCIONES
Ante este panorama surgen instituciones que buscan con empeño preservar lo mejor posible el idioma, para lo cual ponen al alcance de dispositivos móviles, como smartphones y tablets, y de las redes sociales, herramientas que promueven el correcto uso de la lengua.
Tal es el caso de la RAE (Real Academia Española), que además de su portal en línea (www.rae.es) cuenta con una aplicación gratuita para móviles, la cual permite a los usuarios acceder, siempre y cuando se tenga conexión a internet, a las más de 80 mil definiciones y conjugaciones incluidas en su diccionario.
A pesar de su antigüedad -no hay que olvidar que fue creada hace 300 años-, la institución ha tenido que entrar al ámbito digital y si bien su objetivo de velar por el idioma español fue su principal motivo para hacerlo, la preocupante explosión de modificaciones al lenguaje a través de las redes sociales fue lo que obligó a esta institución a ponerse a la vanguardia.
Pero a pesar de su ingreso a este mundo, la velocidad en la que el «ciberlenguaje» se ha extendido ha convertido la tarea de la Rae en una empresa quijotesca. Lo cual queda de manifiesto al consultar los datos disponibles acerca de las descargas que de la aplicación se han efectuado.
Mientras que la tienda de aplicaciones de Apple (App Store), no muestra las cifras de descargas, las listas de Google Play Store, la tienda de los usuarios del sistema Android, revela que el diccionario de la academia lleva sólo un millón de descargas, una cifra ínfima si se toma en cuenta que dicho sistema operativo rebasó hace ya tiempo la cifra de mil millones de usuarios en el mundo.
Desde luego no puede asumirse que ese total de usuarios tengan el castellano como lengua común, sin embargo se intuye que una gran parte de los hispanohablantes que hay en el mundo lo utiliza, pues se sabe que Android acapara el mercado tanto en los países de América Latina como en España.
No resulta difícil imaginar que un buen porcentaje de los 500 millones de personas que hablan español alrededor del mundo se localizan en alguno de esos países y que utilizan algún tipo de dispositivo móvil con acceso a diversas aplicaciones y que, sin embargo, no están interesados en adquirir ninguna que les ayude a mejorar su escritura.
Aun ante este adverso panorama, los diferentes organismos comprometidos con el español siguen buscando la forma de lograr que el mundo hispano no pierdan de vista la importancia de escribir bien en estos tiempos.
Al esfuerzo de la Rae se suma el de la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA), una institución sin ánimo de lucro que al compartir esta preocupación se ha puesto como principal objetivo impulsar el buen uso del español en los medios de comunicación.
La Fundéu se originó en 2005 como resultado del acuerdo entre la agencia noticiosa EFE y el banco BBVA. Su labor consiste en hacer recomendaciones diarias a todos aquellos que utilizan el lenguaje en su trabajo diario, tales como redactores, reporteros y escritores, así como dar respuesta a las inquietudes que estos expresan a través de su página de internet (www.fundeu.es). Además, la fundación redobló estos esfuerzos al lanzar una aplicación, también gratuita, que cumple con esas mismas funciones.
Está también el ejemplo de Larousse, que entró al mundo de las aplicaciones con sus diccionarios de Español Básico, Sinónimos y Antónimos y Conjugación, que si bien no son gratuitos, tienen la cualidad de no requerir conexión a internet para poder realizar las consultas.
Otros esfuerzos promueven el buen uso del lenguaje por medio de cuentas en las redes sociales como Twitter y Facebook. La mayoría se dedican a dar consejos acerca de cómo emplear correctamente algunos términos, explicar la etimología de diversas palabras y aconsejar acerca de la conjugación de diferentes verbos, esto a través de un lenguaje sencillo y de ejemplos graciosos que pueden incluir bromas que hacen referencia a los temas del momento, así como de las famosas imágenes conocidas como «memes».
LA RAE CONTRA EL AISLAMIENTO
El escritor lagunero Saúl Rosales, quien es miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, considera que actualmente el uso del lenguaje, sobre todo el escrito, vive un momento de crisis, por lo que para él, los pasos que ha dado la RAE para aproximarse a las masas a través de estos métodos demuestran la preocupación que existe por garantizar la comprensión de los mensajes verbales.
En este sentido, considera que los términos y usos del «ciberlenguaje» le “meten ruido” a la comunicación en general y en términos particulares generan grupos que tienden a ser aislados por el uso cerrado de los códigos.
“Creo que difícilmente un campesino, un obrero, un adulto marginado, si llega a poseer el adminículo electrónico, pueda interpretar los mensajes que por ese medio le lleguen. Se están generando grupos de usuarios de la lengua que se deslizan hacia el aislamiento encerrados en su código”, explica.
Algo parecido opina el escritor español Juan Luis Cebrián, académico de la RAE desde 1997, quien ante el cambio que los medios digitales están ocasionando en el idioma oral y escrito considera que es necesario elaborar nuevas reglas de lo que es correcto, pues de lo contrario se fragmentará.
“Cambian la forma de hablar y de escribir; hay los mensajes instantáneos, hay una gramática diferente y una sintaxis diferente. Obviamente está cambiando y lo que convendría es normativizar, no dejarlo al libre albedrío, si no queremos que el idioma se fragmente”, fueron las palabras que trascendieron en medios de comunicación el pasado mes de mayo luego de una visita que el madrileño hizo a Chile.
APPS ¿RECOMENDABLES?
Según las estadísticas de Facebook, México ocupa el quinto puesto de esta red social, con 54 millones usuarios. Lo interesante de estos números es que el sector más numeroso de esta comunidad virtual es el que se encuentra entre las edades de 18 a 28 años, donde se concentra el 48.15 por ciento de total (26 millones), seguidos por el grupo de 29 a 34 años, con 7.4 millones y de 35 a 44 años, con cerca de 7.2 millones de personas.
Esto quiere decir que son los jóvenes los que más utilizan este tipo de lenguaje y por lo tanto quienes más requieren reforzar sus conocimientos formales del español. En este sentido, las apps que promueven su conservación y buen uso, pueden ser una muy buena herramienta. Saúl Rosales, recomienda su uso a todos aquellos jóvenes que tienen acceso a este tipo de dispositivos ya que llegará el momento en que necesitarán expresarse bien. “Aunque entre ellos escriban el español como quieran, en los textos escolares no se les pueden aceptar sus caprichosas grafías. Además algunos tendrán necesidad de llenar una solicitud de trabajo y no podrán usar allí el código que usan con sus amigos”, advierte.
EL CAMBIO ES NATURAL
Pero también el idioma se puede considerar como una convención que involucra a los actores a llegar a acuerdos, con él se pueden generar mensajes con sentido para un grupo determinado.
En ese sentido, la forma de comunicarse en las redes adquiere un sentido que es de cierto modo justificado por algunos especialistas como el argentino Roberto Igarza, investigador de consumo cultural en comunicación y tecnologías, quien ha argumentado que un lenguaje puede ser llamado como tal en la medida en que tenga la capacidad de poner en contacto al menos a dos personas y no cabe duda que el «ciberlenguaje» la tiene.
Para él esta nueva lengua de los medios sociales es mucho más fácil de comprender por los jóvenes que por las generaciones anteriores.
Este es tan sólo un ejemplo de que lejos de verla como una preocupación hay quienes piensan que la transformación del lenguaje es un proceso natural al que no se le debe temer, pues ha sucedido todo el tiempo a lo largo de la historia. La lengua cambió por ejemplo en las transiciones culturales, como el paso de la oralidad a la escritura y posteriormente quizá la imprenta.
Ante esos cambios la sociedad tuvo que adaptarse y hoy en día tal vez también tiene que suceder igual, acostumbrarse a escribir de otra manera.
HACIA NUEVAS REGLAS
El idioma, como una convención social, se está adaptando a las nuevas formas de relacionarse entre las personas, que son quienes lo que lo usan y le dan sentido. Existe la urgencia de no dejar en el mar del olvido y la desidia toda la riqueza que por siglos se ha ganado en el español , por ello es importante mantener en uso la palabra. Saber hablar y escribir correctamente el español no puede ser vista como una competencia que se adquiere naturalmente, sino como un proceso constante.
La red social es un campo con muchas posibilidades para compartir al instante sentimientos y pensamientos, no solo a un grupo de amigos, sino a todos aquellos que puedan conectarse desde un dispositivo a internet. Por ello si ha de crearse unas nuevas ortografía y gramática, éstas deberán encontrar un sentido en cada palabra, verbo, expresión, a fin de reconocer a cada persona de esta comunidad, donde las barreras se han desvanecido y han permitido a las nuevas generaciones vivir en un mundo del tamaño de teclado.
 

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