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terça-feira, 3 de junho de 2014

CÓMO TE DIGO QUE...




¿Los argentinos hablamos mal?La hermosura del lenguaje y la belleza y profundidad de sus expresiones radica en su claridad y franqueza. No necesita el lenguaje –ni falta le hace- ser perfecto, pero sí nobleza en quien lo ha de expresar. Me gusta mucho cuando alguien habla bien, que yo entienda que tiene algo que decir y lo diga de forma clara.
Pero, ¿por qué no se habla siempre bien? Se me ocurre: porque no tengo las ideas claras, porque no tengo los medios para expresarlas (léxico o vocabulario pobre), porque tengo poco o nada que decir y necesito aparentar lo contrario (verborrea). Y aquí me encuentro con un hecho preocupante: el empobrecimiento de nuestro idioma. Preocupación, porque el lenguaje articulado humano, lo que nos diferencia esencialmente de los animales, se está empobreciendo progresivamente en su uso, en su realización concreta.
El idioma es un maravilloso instrumento de comunicación, ya que con la combinación de unos elementos mínimos, 28 fonemas, las letras, para que se me entienda; podemos producir miles de mensajes. De los 380.000 vocablos que tiene el castellano, la gente está usando 400 y mal. Cuando un profesor me dice: “Mirá, encontré en la tarea de una alumna una palabra de tres letras con dos errores de ortografía”; digo: “No puede ser”. Pero sí. “¿Qué palabra? Decía: oi llueve”.
¿Es un problema de comunicación?El buen uso de la palabra -ya las rumiemos en nuestro cerebro, ya la hagamos aflorar al exterior, oralmente o por escrito- es esencial para el buen funcionamiento de nuestro pensamiento. Alguien que sólo conoce unas pocas palabras es alguien cuyo pensamiento tiene sólo unas pocas combinaciones posibles, esto es, alguien que está obligado a simplificar enormemente las realidades.
Creo que era Hegel quien sostenía que quien expresa de modo confuso sus ideas es porque no las tiene claras. A veces nos topamos con gente que pretende convencernos de que ve muy claro un asunto, pero que no acierta a explicarlo. Se engaña: cree que lo ve claro, pero no es verdad. Es imposible razonar bien para el propio coleto y no poder verbalizar el razonamiento, porque el propio coleto también se maneja con palabras.
Y ahora que comienzan las clases y estamos saliendo del terror de los exámenes de febrero, qué presentes tenemos los docentes frases como: “Estudié pero se me borró todo”, ergo: no fijó las ideas; “eso que tiene un coso y al lado un cosito más chico (refiriéndose a un mapa conceptual)”: vocabulario paupérrimo.
¿Hay un culpable o varios? ¿Los medios, la escuela, el chat?¿Buscamos culpas? Veamos las posibilidades reales que tenemos de encontrar “chivos expiatorios”. Se ha instalado en los medios de difusión un debate respecto a si el lenguaje del chat “empobrece” la capacidad de los jóvenes para expresarse y trasmitir ideas. En el comienzo de las clases ese debate recrudece y los medios en general expresan al respecto una postura catastrofista. Por eso resulta interesante pensar en otras interpretaciones.
Las formas que adopta el español en los chat no son expresiones caóticas, por el contrario, se ajustan a las necesidades específicas de ese medio de comunicación y, efectivamente, configuran un nuevo género discursivo, que ya ha llamado la atención de los lingüistas, por razones que van mucho más allá de lo meramente ortográfico.
Las computadoras e Internet han transformado los discursos sociales creando nuevos géneros que implican diferentes estrategias de intercambio de información, producción, comprensión y lectura de textos. La comunicación por Internet, última forma de comunicación humana, se ha desarrollado en todas las esferas sociales y, por una parte, ha sustituido, en gran medida, a géneros tradicionales como la carta, el diálogo, la conversación o el debate y, por otra, ha modificado, a su vez, los géneros del discurso de transmisión de conocimientos como los diccionarios y los métodos de enseñanza. ¿Qué la lengua se va a modificar en ese tránsito? Claro. No debemos olvidar, sin embargo, que la tradición más constante e imperecedera es el cambio. Y nada refleja eso de modo más transparente que la lengua.
¿La “deformación” tiende a profundizarse?
Estamos en el nuevo milenio y habrá cambios profundos, esto no implica caer en un desorden total ni descalificar el conocimiento del código, pero a la realidad no se la puede obviar, se la asume y se enriquece con nuevos conocimientos, estamos ante un mundo a ser recreado y un nuevo lenguaje. Los niños y adolescentes han escrito siempre con errores ortográficos y ha sido tarea docente el corregir esos errores.
La ortografía no pasa por chatear o leer un libro. El código utilizado en los chats y sms es un registro de la lengua, que como tal debe utilizarse en su contexto. Si ese registro se traslada a otro contexto debe hacerse notar a quien lo utiliza incorrectamente que no es la circunstancia adecuada.
Si esto puede llegar a modificar la lengua no lo sé, pero de todas maneras la lengua es algo que cambia permanentemente… de lo contrario aún estaríamos hablando latín o alguna lengua indoeuropea…
¿La deformación del idioma debe tomarse como algo natural?A mí esas cosas no me preocupan demasiado porque el lenguaje vive deformándose, porque resulta que el lenguaje está vivo. Menos mal que se deforma. Menos mal que se agregan nuevas palabras de otros idiomas. El idioma no es puro, por suerte; no hay nada puro ni en la naturaleza ni en la cultura. Y es una suerte que el idioma sea mestizo e impuro porque se va acrecentando, va creciendo, va evolucionando…
¿Y qué sucede con la inclusión y mezcla del castellano con palabras extranjeras?Pero, de repente una vidriera tiene un cartel como el siguiente: “Gran Parrilla El Churrasco Argentino”, y abajo: “Delivery”. Delivery es mucho más práctico que “Reparto a domicilio”. Y algún día delivery estará en el diccionario, como estará “sale” y se convertirán en palabras castellanas. Si yo le digo a usted: tráigame un “almohadón”, estoy diciendo una palabra árabe; y si yo le digo que Fulano hizo un “gol”, estoy diciendo una palabra inglesa. Y si hablo de fideos al “graten”, estoy usando una palabra francesa.
¡Qué bueno sería conocer tanto la lengua materna como para no necesitar introducir palabras extranjeras en ella! ¡Y que bueno sería dominar también varios idiomas! Pero expresarnos en alemán cuando queremos hablar en alemán y hacerlo en árabe cuando es nuestra intención utilizar esta riquísima lengua. Lo contrario, la mezcla de lenguas, nos lleva a la incomunicación nuevamente.
¿Cuánto colabora la lectura para mejorar?Escribir y hablar bien tiene que ver con leer, con comunicarse, con prestar atención, no con la plataforma. El papel no dio una mejor o peor escritura que el papiro y la imprenta mucho menos. Los cambios tienen que ver con el uso del lenguaje, con necesidades propias del hablante en cada época y situación, y no con soportes o plataformas. No es Internet, ni el celular, ni los mensajitos de texto los que evolucionan (o involucionan) la lengua. Es el uso. O la historia, o la vida.
Enric Cabrejas es un catalán que habla nueve idiomas. Un día, en 2006, mientras se comunicaba desde la residencia de estudiantes de la Universidad Estatal Lomonosov de Moscú con amigos de diferentes nacionalidades pensó en la necesidad de una lengua universal, de un esperanto moderno y tecnológico que sirviera para chatear o enviar sms. Al nuevo idioma lo denominó Nol, que significa “vínculo”, y consta de 23 letras. El Nol se ha creado para ser una lengua de encuentro entre jóvenes del mundo y dar una respuesta evolutiva al lenguaje actual adecuado al uso de Internet y las nuevas tecnologías, según expresa su creador. Es una respuesta evolutiva del lenguaje.
Cambio de significado“Imagínense la alegría que puede sentir una madre al escuchar a su hijo menor referirse al hermano mayor como: ‘¡Qué hijo de puta!’ por haber logrado un título universitario con promedio sobresaliente. Claro, lo primero a lo que puede aspirar esa madre es a una gran ofensa. Pero la frase detenta admiración, admiración extrema y hasta un sentido cariñoso. Asimismo ‘boludo’ dejó de ser injuriante para pasar a significar algo así como: “hermano”, “amigo”, “ser querido”.
El rol de los medios
“Por supuesto que a estas deformaciones contribuyen con toda su alma los medios de comunicación de masas, ya omnipresentes, y sus protagonistas principales, que son los políticos, las estrellas mediáticas y los deportistas, tres categorías cada vez más amalgamadas, si es que no unificadas”.

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