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sexta-feira, 24 de maio de 2013

El Lunfardo


El lunfardo es una de las características más notables del habla de los habitantes de Buenos Aires. Es común asociar su uso a las letras del tango. Pero, aunque sus orígenes son muy cercanos, no son fenómenos asimilables. El lunfardo no puede considerarse un idioma, ni un dialecto, ni una jerga, es en realidad un vocabulario compuesto por voces de diverso origen que el hablante de Buenos Aires emplea en oposición al habla general. No se puede decir que sea un idioma porque carece de sintaxis y gramática propias. Quien emplea palabras lunfardas, piensa en español, usa las estructuras y la gramática castellanas y, luego, reemplaza una o más de esas palabras por sus sinónimos lunfardos.
En las últimas décadas del siglo XIX y en las primeras del siglo XX (aproximadamente entre 1875 y 1914), una gran inmigración europea llegó a la Argentina, y buena parte de ella se asentó en la creciente ciudad de Buenos Aires, especialmente, en sus arrabales o en conventillos, donde tenían como vecinos a integrantes de las clases bajas locales. El mayor número de extranjeros
provenía de Italia y España, pese a que había inmigrantes de todas partes de Europa. Cada uno llegaba con su idioma y, mientras aprendía dificultosamente el castellano, entraba en contacto con otros inmigrantes que manejaban distintos idiomas y, aún, dialectos dentro del suyo propio. La necesidad de comunicación y la contaminación inevitable fueron haciendo que varias palabras
extranjeras (muchas de ellas deformadas) fueran incorporadas al habla corriente junto con el castellano.
A medida que los recién llegados fueron puliendo su uso del idioma, el lunfardo pasó a usarse intencionalmente como una forma de hablar en código en ciertos ambientes.
Uno de ellos fue la delincuencia, en las cárceles los reos hablaban con palabras lunfardas para no ser entendidos por los carceleros. Otro ámbito interesante para el lunfardo fue el que marcó su relación con el tango, es decir, el prostíbulo. En estos lugares, algunas de las coplas obscenas en las canciones empezaron a ser reemplazadas con palabras lunfardas referidas al sexo y su diseminación fue casi inmediata. Con los años y la popularización del tango, el lunfardo fue extendiéndose por todas las clases sociales, y cierto periodismo popular hasta lo que se conoce hoy día.
Introducción

Según ha establecido Soler Cañas, el primer vocabulario lunfardo en nuestro medio, se publicó el 6 de julio de 1878 en el diario La Prensa, bajo el título El dialecto de los ladrones. El autor anónimo del mismo -que él reprodujo ("Antología del Lunfardo", Cuaderno 28 de Crisis, Cielosur Editora S.A., Buenos Aires 1976)- mencionó como fuente de información de la nueva lengua que se incuba en el seno mismo de Buenos Aires, a un comisario de la Policía de la Capital (hoy Policía Federal Argentina) que no identificó, consignando 29 voces y locuciones con sus respectivas traducciones. Entre las primeras figura lunfardo=ladrón, con lo que. apareció por primera vez escrita la expresión como comprensiva del delincuente que hurta o roba, más tarde ampliada a estafador (cuentero), y luego a malviviente en general, pasando después el nuevo léxico a ser utilizado por el compadrito (Individuo del suburbio porteño provocativo, pendenciero, vanidoso, valentón, de actuar afectado y vestimenta llamativa -pantalón a la francesa, saco corto y ajustado ribeteado con trencilla, pañuelo largo anudado al cuello, sombrero de ala ancha y baja adelante, y botines de taco militar) bonaerense, y más tarde por el bajo pueblo, para luego avanzar sobre el centro de la ciudad, terminando por ser una forma coloquial y popular porteña de comunicación, en constante aumento y desarrollo en todas las clases sociales, a punto de que quienes no lo usan en su habla, al menos lo comprenden en gran parte. Así dejó de ser exclusiva jerga delincuente e irradió al Gran Buenos Aires, a las principales ciudades del interior del país, y al Uruguay.
Su extraordinaria difusión en nuestro medio y aún su condición de exportador de vocablos al resto de América Hispana y Portuguesa, ha dado lugar a que la Real Academia Española, se viera obligada a registrar referencias a él, actualmente en la siguiente forma (REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, Diccionario de la Lengua Española, Madrid 1984, Vigésima Edición, 2 tomos, Talleres Gráficos de la Editorial Espasa Calpe):
LUNFARDISMO. Palabra o locución propia del lunfardo.
LUNFARDO. Argent. Ratero, ladrón.// 2. Argent. Chulo, rufián.// 3. Jerga que originariamente empleaba, en la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, la gente de mal vivir. Parte de sus vocablos y locuciones se difundieron posteriormente en las demás clases sociales y en el resto del país.
Inicialmente la R.A.E. definición la voz lunfardo solo como: "Argent. Ratero, ladrón. Argent. Chulo, rufián, Caló o jerga de la Argentina". Ello dio lugar a que del Valle, considerándola deficiente, elaborara otra de mayor amplitud y precisión, que fue publicada en el diario Democracia del 5 de febrero de 1953, que remitió al Secretario Perpetuo de la Real Academia Española, D. Julio Casares, quien al acusar recibo el 23 de marzo siguiente, ampliado el 11 de abril del mismo año, le adelantase sería incluida en la edición 18ª. del Diccionario grande, lo que en efecto ocurrió en 1956, consignándose en el mismo: Argent. Ratero, ladrón. 2. Argent. Chulo, rufián 3. Lenguaje de la gente de mal vivir, propio de Buenos Aires y sus alrededores, y que posteriormente se ha extendido entre algunas gentes del pueblo (Del VALLE, Enrique Ricardo, Lunfardología, Editorial Freeland, Buenos Aires 1966, pp. 43_44, y Comunicación M 10 de la Academia Porteña del Lunfardo), con la variación que consignamos en el párrafo anterior, para la 20ª. edición de 1984.
En cuanto al origen de la voz lunfardo, Villanueva ha precisado que deriva del dialecto romanesco (de Roma), del vocablo Lombardo que significa ladrón, corrompido en Lumbardo, y éste en Lunfardo (VILLANUEVA, Amaro, El Lunfardo, en revista "Universidad" N° 20, abril-junio 1962 de la Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe 1962, pp. 13-42). El nombrado autor expresa haber encontrado en el Vocabulario Romanesco de Filippo Chiappini, (Edizione postuma delle Schede a cura di Bruno Migliorini, Seconda Edizione, Roma 1945: Lombardo, Lombardare, verbo attivo, Rubare. Lombardo. Ladro.)
Después de la publicación anónima citada en el primer párrafo, sigue cronológicamente Benigno B. Lugones, quien en el diario La Nación publicó el 17 de marzo y el 6 de abril de 1879, sus artículos Los Beduinos Urbanos, y Los Caballeros de la Industria, ambos con el subtítulo de Bocetos Policiales, en los que registró 54 voces del que llamó caló de los Ladrones. De ellas 12 habían sido dadas por el autor anónimo antes citado, con lo que aumentó el léxico de los lunfardos con 42 nuevos términos. Gobello, nos ha dado ordenadas alfabéticamente las voces utilizadas por Lugones (GOBELLO, José, Vieja y Nueva Lunfardía, Editorial Freeland, Buenos Aires 1964, pp. 14-15) y además ha reproducido por primera vez textualmente los dos artículos citados.
Lugones, era por entonces integrante del personal de la Policía de la Capital, y se ha dicho que la publicación de que fue autor dio lugar en la Jefatura del coronel José Ignacio Garmendia, a que el Oficial 1º Máximo Paz, a cargo interinamente de la jefatura, de la Institución.
El diario La Nación, a raíz de ello comentó desfavorablemente la medida y reprodujo una carta de Lugones del 14 de octubre de 1879 en la que el mismo precisó que la arbitrariedad de que había sido objeto, y que atribuyó a Garmendia, no a Paz, se debió -sin que constara en documentos oficiales- a la publicación el día 5 anterior, en el número 18 de la Revista Literaria, de un artículo en el cual, tomando rasgos de distintos empleados de Policía, presentó un comisario y un oficial que siendo tipos ideales son la caricatura de algunos vicios de que adolece el personal de nuestra Policía. Continuaba diciendo que se le había destituido del puesto que había ocupado durante seis años (Diario "LA NACIÓN" del 15 de octubre de 1879).
Buscando en el Centro de Estudios Históricos Policiales "Comisario Inspector Francisco L. Romay, de la Policía Federal Argentina, antecedentes al respecto, hemos hallado las siguientes constancias de ingresos y egresos de Lugones (CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS POLICIALES "Comisario Inspector Francisco L. Romay", Carpeta N° 44):
LUGONES BENIGNO 1875 Febrero 26. Nombrado Oficial Escribiente
LUGONES BENIGNO 1876 Agosto 24. Dejó su empleo
LUGONES BENIGNO 1878 Agosto S. Nombrado Oficial de Mesa
LUGONES BENIGNO 1879 Octubre 14. Renunció de Oficial de Mesa
Es decir que su baja figura oficialmente como consecuencia de una renuncia al cargo y no como separación o cesantía, y que su antigüedad en la Institución fue menor de 3 años, sumadas las dos permanencias que constan. Deducimos, que posiblemente renunció ante la amenaza de ser dejado cesante, sanción de que debía ser objeto pues como integrante de la Policía, no podía ridiculizarla como lo hizo, en el procedimiento ficticio que relató en la Revista Literaria aludida. En el relato se refirió al requerimiento de un comerciante a un oficial inspector, para la detención de dos responsables de un gasto impago, pues los mismos había comido en su fonda sin tener dinero para ello -CIRCULO CIENTÍFICO LITERARIO, Revista Literaria N° 18 del 5 de octubre de 1879, Una Historia Verosímil - Comentarios al Código Penal, Buenos Aires. Ridiculizó asimismo al Comisario que dijo habría llegado a pagar de su bolsillo el gasto de aquellos, ante una supuesta desautorización del Jefe y el temor de una acción judicial contra él), procedimiento que era el del caso, con lo que se reveló -pese a su condición de policía- desconocedor de las disposiciones entonces vigentes, lo que se explica pues por sus funciones era un policía de escritorio.
Sigue luego un relato anónimo, publicado el 11 de febrero de 1887 en el diario La Nación intitulado Caló Porteño y el subtítulo Callejeando, que Soler Cañas ha reproducido. El mismo contiene un supuesto diálogo entre dos compadritos en un apartado barrio portero, uno de los cuales alardea que nunca lo podrán llamar lunfardo, pero empleando él y su interlocutor, abundantes expresiones lunfardas, las que han sido explicadas por Gobello. De las 46 vertidas en el diálogo sólo figuran 6 de las enumeradas anteriormente, con lo que el nuevo léxico se enriqueció con 40 voces nuevas.
La aparición dos años más tarde de un libro de Piaggio, incluyendo el texto anterior, probó su autoría que ya había anticipado Soler Cañas, pues en nota de pie de página, Piaggio consignó que para escribirlo debió confeccionar un pequeño diccionario de argentinismos del pueblo bajo que lamentablemente extravió. Agregó asimismo que él daría la acepción de muchos términos que quizá no puedan adivinarse sino por los porteños y no por todos sino por los muy porteños (PIAGGIO, Juan A., Tipos y Costumbres bonaerenses, Buenos Aires 1889, citado por Soler Cañas en Orígenes de la Literatura Lunfarda, Buenos Aires 1965, pág. 39).
En 1888, Drago expresó, aunque ya implícitamente estaba dicho por los autores anteriores, que la palabra lunfardo designaba al mismo tiempo la jerga y a los que se valían de ella. En su trabajo que reprodujo la conferencia que dictara en el Colegio Nacional el 27 de junio, incluyó 34 expresiones, entre ellas 8 hasta entonces no divulgadas, ensanchando en esa forma la jerga que calificó de lenguaje pintoresco y cínico, destinado como dicen los mismos criminales a ocultar sus comunicaciones a los extraños, citando conceptos de Lombroso en el sentido de que todos los gremios y oficios, como las diversas capas sociales, y aun los diferentes géneros de literatura, tienen sus modos peculiares de expresión. Al referirse a las voces por él empleadas, agradeció la amabilidad del comisario Ignacio Socas, por haberle facilitado la ocasión de hablar con algunos de los principales y más conocidos lunfardos (DRAGO, Luis María, Los hombres de Presa, con introducción del doctor Francisco Ramos Mejía, 2ª. edición, Félix Lajouane Editor, Buenos Aires 1888, pp. 101-110).
En 1896, en el libro Los que viven de lo ajeno, anónimo, del que Soler Cartas dio a conocer el fragmento El scruchante artillero, los autores, dos periodistas desconocidos, utilizaron y además explicaron numerosas expresiones lunfardas.
Bajo el seudónimo de "Fabio Carrizo", José S. Alvarez: en 1897, en el Capítulo XIV intitulado Mundo Lunfardo, de su conocido libro, empleó 34 expresiones de similar filiación, ampliando los vocabularios ya conocidos en otros 20 términos (CARRIZO, Fabio, Memorias de un Vigilante, Biblioteca del Pueblo, Buenos Aires 1897, pp. 83-143).
Este periodista, también conocido como "Fray Mocho", se había desempeñado como titular de la Comisaría de Pesquisas de la Policía de la Capital desde el 16 de octubre de 1896 al 3 de agosto de 1897, habiendo hecho preparar bajo su dirección la Galería de Ladrones, verdadero tratado de Criminología que mereció la atención de la cátedra a cargo del doctor José María Drago en la Universidad de Buenos Aires, pues incluyó en sus dos tomos la nómina de 200 profesionales de delitos contra la propiedad con sus respectivas fotografías, filiaciones, antecedentes policiales y judiciales y sus "modus vivendi" (RODRÍGUEZ, Adolfo Enrique, Historia de la Policía Federal Argentina 1880-1916. pp. 76-77 120 y 122).
El mismo año de 1897, apareció el primer Diccionario Lunfardo_Español de Dellepiane, que amplió considerablemente el vocabulario hasta entonces recogido, pues utilizando sólo 60 de los 119 dados anteriormente, registró 441 voces y 179 locuciones lunfardas, poniendo así en evidencia que el nuevo lenguaje había hecho carrera.
Dellepiane calificó a las jergas delincuentes de todos los países, incluyendo el nuestro, como lenguaje especial enteramente propio, en el sentido de que ha sido formado por ellos mismos y de que no trasciende, por lo común, fuera de la atmósfera del delito, y a pie de página acotó que: No debe confundirse las voces lunfardas, las creadas por los criminales para su uso propio, pero que a veces suelen popularizarse, con los argentinismos.
Siguió al anterior el Novísimo Diccionario Lunfardo que el diario Crítica desde el 15 de septiembre de 1913, fecha de su primer número, publicó hasta su terminación el 17 de enero de 1915, diariamente en la página 5 y que alcanzó a contener numerosas entradas. Inicialmente anónimo, luego dejó de serlo, mencionándose como autor a Rubén Fastrás, periodista posteriormente identificado como José Antonio Saldías, y que aparentemente no alcanzó a publicarse en volumen independiente como reiteradamente anunció Crítica que ocurriría.
Soler Cañas, ha dejado bien aclarado que la autoría del Novísimo Diccionario Lunfardo, fue de Saldías y no de Juan Francisco Palermo, también periodista del mismo diario, como se conjeturó en diversas oportunidades. Ello lo determinó en virtud de los aportes de Felipe González Cadavid (Los Cronistas Pintorescos -Caras y Caretas- de octubre de 1915), de Amaro Villanueva (Los Lunfardos, año 1962), de Samuel Eichelbaum (referencias verbales a Villanueva), y de las comprobaciones personales de él posteriores al año 1960, a raíz de las cuales halló en Crítica del 3 de octubre de 1913 un dibujo en el que un ciudadano leía un libro con la inscripción en su tapa: "La Ilusión de Fastrás -Ver editado el diccionario lunfardo- y cinco avisos de los días 4, 8, 13, 29 y 30 de diciembre del mismo año, anunciando la aparición de la primera edición del N.D.L. de Rubén Fastrás, y una rectificación de éste acerca de un concepto vertido en el diccionario que se venía publicando, del 11 del mismo mes y año.
Al respecto hemos hallado una prueba terminante que corrobora la autoría de -Rubén Fastrás-, de fecha anterior a la citada, que hasta ahora ha pasado desapercibida. En efecto Crítica en su número del 2 de diciembre de 1913 (página 5), al reproducir vocablos de la letra 'T" del N.D.L., incluyó la voz Fastrás en la siguiente forma:
FASTRAS. Servidor de ustedes, que por modestia no se hace su biografía. Se dice también de los castañazos.
Consecuentemente, a partir de ese momento el Novísimo dejó de ser anónimo. En cuanto a la identificación de Fastrás como seudónimo de Saldías, ilustra con gran amplitud la Comunicación de Soler Cañas.
En orden cronológico de aparición posterior, debemos mencionar los diccionarios lunfardos de Villamayor de 1915 y el de autor anónimo que publicó la Revista de Policía de esta ciudad entre el 1 de junio de 1922 y el 1 de mayo de 1923, de aparición quincenal, que hasta ahora ha permanecido ignorado pues no se ha hecho de él mención alguna, pese a integrarse de 1521 entradas de voces, sin contar las numerosas locuciones. Si bien en el prólogo de su presentación intitulado El Idioma del Delito, su nombre fue el de DICCIONARIO DEL DELITO, reconociendo que los principales elementos de él habían sido tomados de la obra del doctor Dellepiane que llevó el primer nombre, pero por la cantidad de vocablos de su contenido, excedió en mucho al mismo.
Es ésta también ocasión propicia para consignar el hallazgo del hasta ahora esquivo Diccionario Lunfardo de Palermo, anunciado por éste en 1920 en Crítica y en su libro El corazón del arrabal, en el que adelantó que se trataría de un volumen de 400 páginas de 12 x 16 cm., que contendría más de 6.000 voces lunfardas y 100 biografías de delincuentes y paseanderos de fama, con prólogo de Félix B. Basterre e ilustraciones de 0. Soldatti. Decimos esquivo, porque los especialistas han llegado a considerar que no se publicó, por no conocerse ningún ejemplar.
Cabe destacar, que por atención del comisario (R) Ricardo Grajinera, integrante de la Comisión Honoraria del Centro de Estudios Históricos Policiales "Comisario Inspector Francisco L. Romay tuvimos ocasión de examinar el N° 8 de la revista Gaceta Policial de Buenos Aires, del 25 de agosto de 1926, en cuya página 9 aparece un fragmento del titulado Diccionario Lunfardo de Palermo, transcribiendo palabras de las letras "A" (el final de ellas) y "B" (el comienzo de las mismas). Por la misma vía nos enteramos de que en la Biblioteca Nacional existía la colección aunque incompleta.
Fue así posible en la Hemeroteca del citado repositorio, hallar los números 1 a 11 inclusive de la aludida revista, existiendo otros posteriores que llegan al Nº 59 pero con muchos faltantes. A partir del Nº 5 del 9 de julio de 1926, comenzó a publicarse bajo el título de Diccionario Lunfardo por Juan Bautista Palermo (Quique), con dedicatoria: A Natalio Botana, que planta árboles, tuvo hijos y concibió -Crítica":cuna de este volumen (IFP) el comienzo del diccionario tan buscado.
En el número 11, la publicación del diccionario se interrumpe y no vuelve a aparecer en los números que existen, lo que hace pensar que no se reanudó, pero ello será posible sólo determinarlo, cuando se hallen, por la consulta de los números faltantes, como así determinar si hubo números posteriores al 59. El contenido de lo publicado va de las palabras Abacorso (escrito que se eleva al Juez pidiendo la inmediata excarcelación del detenido. Lo mismo que Habeas Corpus), hasta Bronca (enojo, impaciencia), con un total de 363 voces (La Academia Porteña del Lunfardo, lo publicó en la Comunicación Académica N° 1168, del 25 de mayo de 1988).
Continuando, tenemos que el 16 de abril de 1930, la Revista de Policía que en los años 1922_1923 había dado cabida en sus páginas al anónimo Diccionario del Delito, vuelve a ser noticia con la publicación del Código Internacional de Delincuentes que hasta ahora era ignorado y que hemos exhumado. El mismo fue descubierto por el Inspector de la Policía Marítima de Recife (Pernambuco-Brasil) Oscar Pinagé que lo dio a conocer mencionando haberlo obtenido de un ladrón portugués de nombre Alberto Pinto expulsado como indeseable por la Policía de Río de Janeiro, que arribó a Recife en el trasatlántico "Almirante Yaceguay" donde Pinagé, ocultándose bajo el nombre de Pretozine, lo entrevistó recibiendo de Pinto la versión giria-portuguesa del Código, que se apresuró a copiar, la que previo fotocopiado hemos remitido a la Biblioteca de la Academia Porteña del Lunfardo.
Según Pinagé, el Código fue confeccionado por nueve individuos "poco recomendables", de ellos 3 de nacionalidad española, 2 italianos, 2 portugueses, 1 chileno y 1 francés, cuyos nombres dio, los que tuvieron la idea de concretarlo, ante la necesidad de disponer de un lenguaje convencional y secreto de comunicación entre ellos, en virtud de que habían dejado de serlo para las policías, las jergas usadas hasta entonces.
Previa una reunión que realizaron en una taberna de Lévida, nació en París en el año 1926 el mismo, a manera de diccionario integrado por 463 voces ideadas por ellos, y colocando cada uno en sus respectivos idiomas la traducción, que en portugués envió Pinagé a nuestra Revista de Policía.
También la hizo conocer a Edmond Locard, el célebre técnico policial francés que la difundió en la revista Detective, destacando la tendencia natural frente de la necesidad (de los delincuentes) de confiar su secreto a un seguro confidente, sin que se lo comprendan los indiscretos. El Código fue asimismo difundido en Francia por la Revue de Criminalistique.
Posteriormente Gobello y Payet, Cammarota, Casullo, Caparelli con Diccio y Kruizenga. Gobello, Dis, Vaccaro, Escobar y Tino Rodríguez han elaborado nuevos diccionarios lunfardos, prueba evidente de la importancia que se atribuye a esa forma de expresión popular porteña, que con anterioridad originara el 21 de diciembre de 1962, la fundación de la Academia Porteña del Lunfardo, con la finalidad principal del estudio de las peculiaridades del habla de la ciudad de Buenos Aires y de otras argentinas y rioplatenses, como así fomentar y auspiciar los estudios e investigaciones relativos a los porteñismos y lunfardismos y a las voces y giros del habla popular de las áreas antedichas.
Nuestro lunfardo y las jergas en uso, no son idiomas ni dialectos, sino solamente léxicos de voces y locuciones que aunque disponen de sustantivos, verbos y adjetivos, carecen de artículos, preposiciones, pronombres, adverbios y conjunciones, por lo que se ven obligados a utilizar los de la lenguaje española, al igual que el ordenamiento y disposición a que deben someterse las palabras, lo mismo que su sintaxis.
Por no ser voces cultas, no tienen generalmente cabida en los diccionarios de la lengua, por lo que hemos seguido el ejemplo de incluir no sólo los vocablos lunfardos, sino también los del lenguaje popular, vulgar y jergal, como asimismo los de origen extranjero que han logrado extraordinaria difusión en nuestro medio, en ocasiones con la grafía de su pronunciación, y en otras con las de su escritura correcta.
Jergas del hampa y de otros orígenes que mencionaremos, existen en todos los países del mundo y a veces en regiones limitadas de los mismos y aún en determinadas ciudades, y dentro de ellas, hasta en barrios. Ellas han sido citadas por los siguientes autores:
Drago en 1888 registró:
FRANCIA: argot
INGLATERRA y ESTADOS UNIDOS: slang
ARGENTINA: lunfardo
Dellepiane en 1894 amplió:
ESPAÑA: germanía, hampa o caló, y bribia
ITALIA: gergo
Villamayor en 1915 consignó:
BRASIL: gíria dos gatunos
Cammarota en 1963 incluyó:
INGLATERRA: cant
ALEMANIA: gaunersprache o rothwelsch
ESPAÑA: jerigonza
PORTUGAL: calao
HOLANDA: bargoens
CHINA: hiantchang
INDIA: balaibalan
García Giménez en 1964 menciona:
FRANCIA: narquois y jargón
Del Valle en 1966 amplió a:
CHILE: coa
DINAMARCA: koeltringelatin y proevelikvant
BUENOS AIRES Y SUS ALREDEDORES: vesre o verres, o verse, o resve (inversión silábica de voces cultas y lunfardas).
CENTROAMERICA: malespín (similar a nuestro vesre).
MÉXICO: caroleno (similar a nuestro vesre), y Caló
PANAMÁ: revesina (similar a nuestro vesre)
PERÚ: replana y cantuja
INGLATERRA: flash (antiguo nombre de las jergas)
CUBA: briba
ITALIA: furbesco
FRANCIA: patois
BOHEMIA: hantyrka
ESPAÑA: zincaló (gitano)
ARGENTINA: jeringozo (jerga estudiantil) que intercala una partícula entre las sílabas.
Cela, en 1971 añadió:
AFRICA NEGRA: pichinglis (jerga dialectal del inglés)
ALEMANIA: agregó kokamloschen como jerga del hampa.
CHINA: pidgin_english (lengua franca hablada entre indígenas y extranjeros)
ESPAÑA: romanó o zincaló, chipialé o chipicallí (lengua de los gitanos); Fetel, Ful, fulastre, madeja o rumano (en la jerga del hampa española su lenguaje.)
ISRAEL: españolit, ladino o judeo_español
ITALIA: cobertanza y gerga
RUMANIA: Fetel, smechearasca
RÍO DE LA PLATA: cocoliche (jerga de los inmigrantes italianos)
Trejo, en 1968, contribuyó con:
MÉXICO: caliche o tatacha fu
COLOMBIA: caló
GRECIA: tchinghiane
SUDOESTE DE ESTADOS UNIDOS: pachuco (comunidades hispánicas)
PORTUGAL: jerigonça
Teruggi en 1974, incluyó:
RUSIA: shargon (habla popular inculta)
INGLATERRA: jargon y lingo (para el habla profesional y ocupacional), slang (habla popular no culta), y cant (sectas y delincuentes)
LONDRES: cockney, rhyming slang (variedad rimada del cockney), back slang (inversión por letras), na o pig latin (nuestro jeringoso)
ESTADOS UNIDOS: slang (jerga popular inculta), jargon y lingo (habla profesional y ocupacional), cant (sectas y delincuentes)
FRANCIA: javanais (nuestro jeringoso), verlan (nuestro vesre), larconji (transposición anagramática)
ESPAÑA: caló (además de habla de los gitanos, ahora habla popular ciudadana), germanía (habla de ladrones y rufianes), y jerga (habla de profesionales y oficios).
Escobar, en 1986 agregó:
INGLATERRA: thives latin (para el cant)
ESPAÑA: caló presidial o hampa (para los gitanos)
BOLIVIA: coba
Y Tíno Rodríguez, en 1987, incluyó:
BOGOTÁ: pisco
GRECIA: koiné
LIMA: faite
QUITO: chulla.
Es de aclarar que respecto del pisco, faite y chulla, Del Valle ha hecho alusión a ellos en 1966, como equivalentes a nuestro compadrito, más que con referencia a jergas delincuentes.
Respecto de las procedencias de las voces que integran el léxico lunfardo, ellas son múltiples y en un principio lo forman españolismos, italianismos, galicismos, anglicismos, germanismos, lusitanismos, brasilerismos, chilenismos, bolivianismos, centroamericanismos, gergalismos de diversas procedencias, aborigenismos (guaraní, quichua, araucano, mapuche) y ruralismos.
Pero el vocabulario se ha enriquecido considerablemente mediante el vesre o inversión silábica, regular o irregular, tanto de voces correctas como jergales y con el uso de onomatopeyas, juegos de palabras, paranomasias, reduplicaciones, parasíntesis, empleo de nombre de marcas y de apellidos, homofonías, derivaciones nominales y verbales, restricciones y ampliaciones de significados, tropos (sinécdoques, metonimias y metáforas), figuras de dicción o metaplasmos (epéntesis, paragoges, prótesis, aféresis, apócopes, síncopes y metátesis), concatenaciones, cambios de géneros, anagramas, polisemias, cambios involuntarios, cambios de sentido, asuntos éstos que ha desarrollado en amplitud Teruggi, al que nos remitimos, por exceder su tratamiento el carácter simplemente introductorio a nuestro Lexicon.
En cuanto a la razón de ser de esta recopilación de voces lunfardas (antiguas y modernas), y también populares, jergales y extranjeras, con indicación de su procedencia, y que no suelen tener cabida en los diccionarios de la lengua, pero que se utilizan corrientemente, va de suyo que tiene por finalidad actualizar al personal policial, no solo en el conocimiento del lenguaje utilizado por los delincuentes y su entorno, sino también respecto de formas de expresión populares y de diversos sectores de la población.
Finalmente, para una mayor información, las voces difundidas entre los años 1878 y 1959, van seguidas -cuando ello ha sido posible- de las iniciales de quienes las registraron por primera vez con intención lexicográfica aunque ellas sean anteriores en su uso, pero sin traducirlas, en versos, letras de tango o relatos, o lo fueron por otros autores con esa intención, en vocabularios anexos. En todos los casos, las abreviaturas de nombres y apellidos y los seudónimos han sido explicados, lo que permite conocer la antigüedad aproximada de los vocablos, que en algunos casos ya han caído en desuso, por la lógica evolución de todo léxico.
Adolfo Enrique Rodríguez - Comisario General (R)
Accede al Diccionario del Lunfardo, con 12.500 voces y locuciones lunfardas, populares, jergales y extranjeras: http://www.todotango.com/spanish/biblioteca/lexicon/lexicon.html


Fuentes: Todo Tango, UNIVERSITY OF TORONTO FALL 2005-WINTER 2006 COORDINADORA: JEANNETTE SANCHEZ-NARANJO

RECICLAJE


Suecia se quedó sin basura y deberá importarla del extranjero
21/11/2012

Suecia deba importar residuos del resto de Europa.

La gran mentalidad de reciclaje de los suecos lleva a que sólo el 4% de la basura que generan termine en los vertederos. El resto es incinerado dentro de unas plantas generadoras de energía.
Suecia se ha quedado sin basura. Esto puede sonar como una noticia positiva e incluso envidiable, sin embargo los habitantes se encuentran ante un problema dado que al menos 250 mil casas obtienen energía a través de un sistema que se alimenta de desechos. Debido a que toda la basura ha sido utilizada, ahora los suecos deben importarla de otros países europeos.
La gran mentalidad de reciclaje de los suecos lleva a que sólo el 4% de la basura que generan termine en los vertederos. El resto es incinerado dentro de unas plantas generadoras de energía.

Debido a los hábitos de reciclaje de la población, no se está generando un volumen de desechos lo suficientemente grande como para sostener el sistema de generación de energía.
Por otra parte, Catarina Ostlund, una consejera de la Agencia de Protección Ambiental Sueca, afirma sobre el sistema de generación de energía, “tenemos más capacidad que la producción de basura en todo Suecia que es utilizable para la incineración.”
Se calcula que Suecia importa 80 mil toneladas de desechos, la mayoría proviene de Noruega tras un arreglo entre ambos países. El arreglo es el siguiente: Noruega le paga a Suecia para que se lleve su exceso de basura, Suecia la quema para producir electricidad y las cenizas restantes del proceso de incineración se devuelven a los vertederos de Noruega.
Ostlund sugiere que Noruega no es el socio ideal para este arreglo, “espero que mejor podamos obtener los desperdicios de Italia o Rumania o Bulgaria o los países bálticos, porque muchísima termina en los vertederos. Ellos no tienen plantas de incineración o de reciclaje, así que podría ser una solución a sus desechos”.
Con este sistema Suecia se posiciona como pionera en este sistema de generación de energía y sin duda puede servir de inspiración para el resto del mundo, donde el problema de que hacer con los deshechos está lejos de estar resuelto.
Fuente: Universia Honduras

Las 23 palabras que perduraron por más de 15.000 años



Expertos lingüistas de la Universidad de Reading en Gran Bretaña, elaboraron una lista de las 23 palabras que han perdurado por más de 15.000 años y son la base de los casi 700 idiomas que existen hoy en día.

Las 23 palabras son la base de los casi 700 idiomas que existen hoy en día.
Se calcula que, para el año 2050, más del 90% de las lenguas que existen hoy habrán desaparecido por consecuencia de la globalización
"Hombre”, “mano”, “fuego”, “mamá”, y “escuchar” son solo algunas de las palabras que forman parte de los 23 sustantivos, verbos, adjetivos y adverbios que han sobrevivido por 15.000 años como base de los casi 700 idiomas que existen hoy en día. El listado fue elaborado por un grupo de expertos británicos de la Universidad de Reading, dirigidos por el prestigioso lingüista y profesor de biología evolutiva, Mark Pagel.

La investigación dio como resultado un hallazgo inesperado ya que hasta ahora los lingüistas consideraban que las palabras no podían sobrevivir más de 9.000 años, debido a su evolución semántica y erosión fonética. De hecho, los análisis del propio Pagel señalaban que un estimado de 500 mil idiomas surgieron y desaparecieron desde que los primeros humanos transitaron nuestro planeta.

Para llevar a cabo el estudio, los investigadores utilizaron un modelo informático que permitió determinar que palabras lograron conservar los trazos de su pasado ancestral durante 10.000 años o incluso más.

El listado incluye los pronombres “tú”, “yo”, “nosotros”, “ustedes” y quién”, así como los sustantivos “hombre”, “mamá”, “mano”, “fuego”, “corteza”, “ceniza” y
“gusano”. Entre los adjetivos se destacan “eso”, “este”, “viejo” y “negro” y entre los verbos “dar”, “escuchar”, “sacar”, “fluir” y “escupir”.

Este último llamó particularmente la atención de los investigadores quienes explicaron que el sonido de esa palabra es tan expresivo como la acción de hacerlo, casi onomatopéyico, por lo que se entiende que el término no evolucionó con el correr de los años.

Finalmente, los expertos destacaron la importancia de estudiar y conservar el origen de los idiomas más primitivos utilizados por el hombre, considerando que se calcula que, para el año 2050, más del 90% de las lenguas que existen hoy habrán desaparecido por consecuencia de la globalización.

«El lenguaje de la crisis»



Conclusiones del seminario

24/05/2013
Organizado por la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA) y la Fundación San Millán de la Cogolla, el VIII Seminario Internacional de Lengua y Periodismo: «El lenguaje de la crisis» ha reunido durante dos días en San Millán de la Cogolla (La Rioja) a periodistas, economistas y lingüistas para analizar las relaciones que se establecen entre la realidad económica y social que estamos viviendo y las palabras con las que nos referimos a ella.

El seminario ha estado dividido en tres mesas redondas, articuladas en torno a los tres protagonistas del escenario económico y social actual: economistas, medios de comunicación y ciudadanos.

Economistas
La primera idea que se puso de manifiesto en el seminario fue que es útil que el experto en economía participe en el debate público. Los economistas tienen que dar más información a los ciudadanos para que estos, desde el conocimiento, puedan exigirles a los políticos que trabajen para el bien común y no para incrementar su número de votos.

Ahora bien, el lenguaje de la economía no es sencillo: para empezar, esta ciencia trabaja con modelos parciales que no siempre son generalizables y es prácticamente imposible hacer predicciones.

Además, la jerga económica, con sus tecnicismos y extranjerismos, no es la única que interviene a la hora de conformar el mensaje económico, hay otros códigos, como el institucional y el europeo, que vienen a entremezclarse y a añadir complejidad.

Esta amalgama de códigos tan dificultosa se emplea, sin embargo, porque de lo que se trata es de asegurar la integridad del mensaje, de estar diciendo lo que se quiere decir. La clave está, después, en compartir, desde las instituciones, los códigos para que los medios de comunicación, que actúan como interlocutores, puedan entenderlo.

Periodistas
Para los profesionales de la comunicación, es innegable que la crisis nos ha dado un vocabulario muy rico, pero hay que estar alerta: hay palabras que tienen la vocación de engañar y es obligación del periodista detectarlas.

Muchos supuestos expertos no lo son en realidad y muchos de los que verdaderamente lo son, sencillamente, no supieron ver la crisis. En las redacciones se necesita, por supuesto, al experto en economía, pero la democracia consiste en poder pedirles responsabilidades tanto a los expertos como a los Gobiernos. En ocasiones la economía se percibe, más que como una ciencia, como un lugar donde se enfrentan las ideologías.

Los medios son quienes tienen la obligación de hablar claro y de llamar a las cosas por su nombre. Nunca como hasta ahora ha sido tan demandada por la ciudadanía una explicación de lo que está pasando.

Lingüistas
En el ámbito puramente lingüístico la crisis nos ha dado creaciones léxicas (austericidio, copago, repago, bonos basura), préstamos (escrache, corralito, troika), metáforas (burbuja inmobiliaria, mareas blancas o verdes), oxímoron (crecimiento negativo) y una superabundancia de siglas. También figuras de ocultación, que tratan de enmascarar la realidad y que conectan con los tabúes (el nombre de Bárcenas o la palabra rescate). Se ha recurrido además a técnicas propias de la propaganda (la repetición y la persuasión), a los llamados factoides («La culpa es del anterior Gobierno»), los topoi y las tautologías («Haremos lo que tenemos que hacer»).

Otro de los recursos más empleados en el lenguaje de la crisis son los sustitutos eufemísticos, la utilización de expresiones que se creen menos ofensivas que la forma a la que sustituyen y que sirven para proteger la propia imagen (ajuste por despido, o flexibilización del mercado laboral por despido libre).

Se emplea también mucho la metáfora, que nos sirve para entender realidades abstractas a partir de otras que conocemos con mayor facilidad. Las metáforas explican la realidad, pero ocultan una parte de ella, hay que ver con qué intención se emplean y qué componente emotivo conllevan.

La lengua es como un espejo en el que se refleja la realidad, pero en el que se hace traslucir la retaguardia mental, sentimental y emotiva de los hablantes. Con frecuencia, el periodismo no genera metáforas, sino que reproduce las del Gobierno y continúa, con ello, su mismo marco conceptual.

La ciudadanía
Internet ha cambiado el lenguaje de la contestación y la forma en que se articula. Con la red, la emisión de mensajes está al alcance de cualquiera, la comunicación ya no es unidireccional ni el proceso lineal sino circular. No es solo una nueva herramienta, es otra forma de usarla. Las historias se construyen de forma colectiva, los mensajes entran en dinámicas de enjambre que tratan de garantizar la sincronización en una comunicación transmedia.

Para la contestación, los medios forman parte del problema, ni les sirve el discurso del político ni les sirve cómo se lo está contando la prensa. Su objetivo es crear una nueva narrativa: se emplean memes, se «trolea» el discurso oficial, se usan suplantaciones. Hay todo un art-tivismo detrás. Las etiquetas de Twitter se convierten en el reflejo de los movimientos sociales y ayudan, además, a articular el relato (#acampadasol, #yeswecamp, #nonosvamos, #15m, #democraciarealya, etc.).

Durante mucho tiempo el lenguaje financiero ha sido el dominante, pero esto ha cambiado: el primer éxito de la contestación ha sido poner ciertos temas en la agenda y ponerlos con el lenguaje de la calle. Esta oleada constestataria está muy influida por la primavera árabe, la ciudad ha pasado a ser un espacio de debate, se ha vuelto al ágora y a las asambleas.

Hemos pasado de una masa de indignados a las mareas —de los indignados por todo a los indignados por cada cosa— y se han ido adoptando los nuevos medios del ciberactivismo.

De entre las nuevas formas de protesta callejera destacan también los balcones que hablan de la crisis, ya sea implícitamente a través de los carteles de compra-venta y alquiler de inmuebles, o explícitamente al exhibir mensajes relacionados con los recortes, los desahucios, las reformas sanitarias, educativas, etc.

La filosofía de Francisco


Cuáles son las ideas, la música y la literatura que nutren el pensamiento del Papa
Por José María Poirier Lalanne | Para LA NACION

Cuando fue anunciado un nuevo papa y Jorge Mario Bergoglio se asomó al balcón de la Plaza San Pedro para saludar como obispo de Roma, su figura trajo a mi memoria el título de una excelente novela policial del inglés Michael Burt, leída en mi adolescencia y publicada en los años sesenta por la colección El Séptimo Círculo, que dirigían Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares: El caso del jesuita risueño . Rara vez había visto sonreír a nuestro adusto pastor y ahora s e presentaba ante el mundo como un papa sonriente ; y esa imagen, como sucede a menudo con las primeras impresiones, es hoy icónica para millones de personas. Aquel libro tenía un epígrafe inicial tomado del Oficio de Completas, la oración al final del día: " ...Ut pro tua clementia/ sis praesul et custodia ". Es una súplica al Creador, "antes de que la luz llegue a su término", para que nos cuide con su clemencia. La oración, además, pide que "aleje de nosotros los fantasmas nocturnos y el engaño de los sueños". Esa belleza de la liturgia bien podrían compartirla el poeta Francisco Luis Bernárdez, traductor de Himnos del breviario romano , y el sacerdote Bergoglio, que reza y medita todas las noches y las mañanas al alba.

Pero ¿ qué doctrina filosófica o escuela literaria hay detrás de este hombre que abraza a niños y enfermos con conmovedor cariño? ¿Qué piensa o desde dónde piensa y siente Bergoglio, tan querido por algunos jesuitas y por otros tan criticado? Hay un viejo y malicioso dicho eclesiástico que afirma que ni Dios Padre sabe lo que piensan los jesuitas. Suena exagerado, pero por algo lo acuñó la ironía popular. En efecto, no es fácil desentrañar las fuentes del pensamiento de Francisco. Por lo pronto, en cuanto Sumo Pontífice, eligió un nombre tan osadamente emblemático que parecería implicar una tarea titánica. Sin embargo, con extrema naturalidad, como el Poverello de Asís, Bergoglio va al encuentro de los pobres y enfermos con ternura y vive como un verdadero asceta. Curiosamente, el santo que ilumina su nuevo nombre fue además el primer poeta en lengua italiana, quien elevó con extrema dulzura el "Cántico de las criaturas": "Altísimo y omnipotente buen Señor,/ tuyas son las alabanzas,/ la gloria y el honor y toda bendición./ A ti solo, Altísimo, te convienen/ y ningún hombre es digno de nombrarte./ Alabado seas, mi Señor,/ en todas tus criaturas,/ especialmente en el Señor hermano sol,/ por quien nos das el día y nos iluminas".

La sonrisa de Bergoglio como Sumo Pontífice es ya una imagen emblemática. Foto: Reuters / Tony Gentile
Pocos escritores intuyeron la grandeza del santo de Asís como G. K. Chesterton, autor de una pequeña y encantadora biografía de san Francisco. Este ensayista y narrador era leído y citado por los católicos argentinos de la generación de Bergoglio. Escribió Borges con inocultable admiración: "La obra de Chesterton es vastísima y no encierra una sola página que no ofrezca una felicidad".

La consideración de estos nombres que han surgido al contemplar la imagen del nuevo obispo de Roma hace que emerja la pregunta por su calidad de intelectual. ¿En qué sentido él lo es? Avancemos poco a poco, se trata de alguien sui generis : de su sólida formación jesuita no caben dudas, como tampoco del amplio espectro de sus conocimientos, que van desde las ciencias hasta la literatura clásica, de la teología a la psicología, de la política a la música. Quizá sería un error ubicarlo en la modalidad funcional del intelectual (palabra esta de la que acaso se ha abusado tanto en nuestro país), en el sentido que se le puede adjudicar al rol, tal como podría ser un académico en artes o en ciencias. En Bergoglio se advierte más bien a alguien que ha puesto su calidad de intelectual a la par de otras cualidades muy diversas: espiritual, pastoral, social, política. Reúne todo esto en una personalidad rica y compleja, que le permite meditar y actuar, escuchar y guiar, orar y escribir, pensar y resolver. Algo hace que todo esto se vea en cada una de las actitudes. Hay cierto substrato sapiencial.

PORTEÑO DE PURA CEPA

Así lo define Mariano de Vedia en su reciente biografía Francisco, el papa del pueblo . Y, al mismo tiempo, advierte una dificultad: si hoy el intelectual se comunica a través de los medios para llegar a vastos sectores sociales, Bergoglio nos plantea un inconveniente, porque "el obispo jesuita rehuyó desde el comienzo el protagonismo mediático y mostró que es enemigo de la notoriedad pública". Por eso, en parte, la sorpresa de los argentinos y de los mismos habitantes de la ciudad de Buenos Aires cuando fue nombrado papa: lo conocíamos y no lo conocíamos, sabíamos de su constante caminar las calles de la ciudad y de su amor preferencial por los que sufren, pero no podíamos imaginar los extremos a los que llegaba su entrega.

Es un porteño del tradicional barrio de Flores, el de Baldomero Fernández Moreno, autor del inolvidable soneto "Setenta balcones y ninguna flor", médico que a su profesión prefirió el caminar nocturno, la poesía y la enseñanza de la literatura, un artista con vocación universal y hondamente nacional. También Bergoglio enseñó literatura en su juventud. Fue en el colegio de la Inmaculada Concepción de Santa Fe, donde sus ex alumnos recuerdan aún las clases, la visita de Jorge Luis Borges (que luego escribiría un singular prólogo para la publicación de los cuentos de los muchachos del colegio que el mismo Bergoglio hizo publicar), y las charlas de María Esther Vázquez y María Esther de Miguel, invitadas por el jesuita.

Otro dato de su identidad ciudadana: su amor por el tango. Curiosamente, la "filosofía" de Discépolo y los dichos populares parecen convivir en Bergoglio con los grandes maestros escolásticos y los filósofos europeos contemporáneos. No hay en él una exaltación impropia de lo argentino o de lo porteño en particular, sino en todo caso un descubrimiento de ciertos elementos universales presentes en las expresiones más comunes de la gente y del acervo de la calle. "Nos acostumbramos a la tracción a sangre de los chicos y las mujeres en las noches del centro, cargando lo que otros tiran", dijo, en plena crisis de 2001. Y el mismo estilo filoso utiliza para advertir que la política debe ser servicio y que la Iglesia debe ser pobre y no autorreferencial.

EL TRASFONDO FILOSÓFICO


TOMÁS DE AQUINO. Bergoglio recibió una enseñanza filosófica de marcado espíritu escolástico.
Bergoglio recibió, como todos los jesuitas de su generación, una esmerada formación clásica en Letras y un marcado espíritu escolástico desde lo filosófico. Pero, claro, eran tiempos en que ya muchos se abrían a los pensadores contemporáneos; de manera que Tomás de Aquino convivía con los existencialistas franceses como Gabriel Marcel o con los teólogos como Romano Guardini y los místicos como Teilhard de Chardin, otro jesuita genial.

"Tiene una formación firme en cultura clásica -dice el padre Ignacio Pérez del Viso- y siempre fue un gran lector; todo lo humanístico lo atrae." Conoció profesores que marcaron huella en el pensamiento, como Ismael Quiles, admirador del Oriente y atento lector de Karl Jaspers, Maurice Blondel y Martin Heidegger; y el filósofo y maestro espiritual Miguel Ángel Fiorito. Pérez del Viso también recuerda que los artículos que Bergoglio publicaba "siempre tenían una originalidad, jamás se trataba de meros resúmenes"; y agrega que el nuevo papa "estuvo en todo momento en condiciones de entender los problemas complejos de las diferentes disciplinas que le interesaban aunque no se haya dedicado a la investigación en esos campos".

Por otro lado, muchos coinciden en señalar que se destaca como hombre de sentido práctico, de gran intuición política, capaz de marcar objetivos y alcanzarlos, y abierto a la complejidad de los problemas desde una perspectiva pastoral. "Tengo la impresión -confiesa Bruno Forte, el conocido teólogo italiano y obispo de Chieti-Vasto- de que el bagaje filosófico de Francisco es de un ?tomismo existencial', es decir, de un fuerte realismo con acentuada atención por la persona en su vivencia concreta." El rabino Abraham Skorka, coautor con Bergoglio del libro Sobre el Cielo y la Tierra , recuerda que el actual papa "posee la virtud de decir cosas profundas en pocas y sencillas frases". Y es ésta una clave importante para indagar en la intelectualidad de Bergoglio y en su manera de comunicar. "No lo puedo definir a través de una única escuela filosófica determinada -aclara Skorka-. Lo veo, sin embargo, en algunas de sus actitudes, muy cercano a los existencialistas religiosos: Søren Kierkegaard, Martin Buber, Karl Barth."

UN PENSAMIENTO EN CLAVE LITERARIA


JORGE LUIS BORGES. Visitó las clases de literatura que Bergoglio daba en el colegio de la Inmaculada Concepción de Santa Fe.
Señala Ignacio Navarro -autor del ensayo ficcional Últimas inquisiciones , donde imagina una honda relación entre el escritor argentino Jorge Luis Borges y el teólogo suizo Hans Urs von Balthasar- que "Bergoglio es universal en su calidad de porteño, desde donde incluso lee el Martín Fierro con cierto sabor urbano"; y agrega que "así como Francisco puede citar en latín a Virgilio, en italiano a Dante o en griego a Sófocles, también conoce las mejores traducciones de Dostoievski y se detiene con particular empatía en los versos de Borges o en el poema de José Hernández". Uno puede preguntarse por qué. Ciertamente, como bien señala Eugenio Guasta, supo encontrar en la emblemática obra gauchesca lo más hondo del corazón argentino y una lectura profunda desde la sencillez popular.

Que hay una lectura filosófica desde cierto enfoque artístico-literario también lo señala Bruno Forte: "Sé que de la literatura italiana ama a Dante y a Manzoni. A Hölderlin, en la cultura alemana. El Quijote , Borges y Martín Fierro, en los ámbitos español y argentino".

En efecto, Navarro recuerda haberlo oído recitar de memoria y con emoción aquellos versos de Borges que llevan por título "Everness": "Sólo una cosa no hay. Es el olvido./ Dios, que salva el metal, salva la escoria/ y cifra en Su profética memoria/ las lunas que serán y las que han sido.// Ya todo está. Los miles de reflejos/ que entre los dos crepúsculos del día/ tu rostro fue dejando en los espejos/ y los que irá dejando todavía.// Y todo es una parte del diverso/ cristal de esa memoria, el universo;/ no tiene fin sus arduos corredores// y las puertas se cierran a tu paso;/ sólo del otro lado del ocaso/ verás los Arquetipos y Esplendores".


LEOPOLDO MARECHAL. El autor de Adán Buenosayres también se cuenta entre sus favoritos. Foto: Archivo
En la ya citada biografía sobre Bergoglio de Mariano de Vedia se señalan también otras lecturas: Fiódor Dostoievski, Carlo M. Martini, Alessandro Manzoni, Leon Bloy, François- Xavier van Thuan (a propósito del conmovedor testimonio de ese obispo vietnamita que conoció largos años de cárcel) y Leopoldo Marechal. Aunque sospecho que el Marechal que más le interesó a Bergoglio no fue el de Megafón o la guerra , como quieren algunos, sino el de Adán Buenosayres , y más precisamente, el "Cuaderno de tapas azules".

Desde otra óptica, pero de alguna manera convergente, Fernando Ortega, decano de la Facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina y estudioso de la obra de Mozart, observa que Bergoglio "es muy conocedor y amante de Beethoven, Wagner y Richard Strauss? en versiones históricas, como la de Wilhelm Furtwängler".

En algo Bergoglio es experto: el conocimiento de la gente y la capacidad de dar algún consejo en frases sencillas y contundentes. Su amor por las "fronteras existenciales", a las que siempre invita a ir ("porque la Iglesia no puede esperar que la gente venga a ella sino que debe ir a donde está la gente", repetía), guarda relación con la literatura popular y con el lenguaje gestual, tan universal. En efecto, escribe Antonio Spadaro, crítico literario y director de la legendaria revista jesuita La Civiltà Cattolica :

FIÓDOR DOSTOIEVSKI. El escritor ruso está entre sus lecturas literarias preferidas, junto a Leon Bloy, entre otros.
Los primeros días del papa Francisco han impactado a los fieles tocando las fibras de la sensibilidad. Sus gestos, marcados por la cercanía y simplicidad, han tenido una potencia simbólica muy fuerte y parecen responder a exigencias muy requeridas por la gente y la sociedad civil. No es casualidad que en los diarios hayamos leído comentarios sobre la situación política y social de Italia, pero también sobre la situación de crisis general que está viviendo Occidente. Este papa venido del finibusterre, del "fin del mundo", ha movido energías adormecidas, esperanzas que parecían desilusionadas, fuerzas del imaginario de un mundo nuevo, mejor.

EL ESPÍRITU DE IGNACIO DE LOYOLA


IGNACIO DE LOYOLA. Sus Ejercicios espirituales fueron fundamentales en la formación del Papa.
"Su credo, a mi entender -explica el rabino Skorka-, es el que se halla en los Evangelios: la figura de Jesús y su accionar, su humildad, su cercanía a los pobres y a los marginados; eso es lo que inspira sus actos y la esencia profunda de sus palabras y acciones. Por ello pudimos mantener un diálogo con tantas coincidencias. Jesús, especialmente en los evangelistas sinópticos, se encuentra enraizado en la tradición de los Profetas de Israel y la normatividad de la Torah. Es la obra de Pablo la que permite la expansión del cristianismo y amplía su divergencia con el judaísmo rabínico. Si bien Bergoglio tiene por guía última y decisoria de muchos de sus actos políticos y teológicos a los Evangelios, es, por otra parte, conservador de las tradiciones eclesiales. Y a la vez, revolucionario en su postura con respecto al diálogo interreligioso y muy especialmente con sus hermanos mayores, los judíos. Nos siente profundamente como la raíz de su credo. De los grandes maestros de la Iglesia, entiendo que tiene a Francisco de Asís como paradigma de su accionar. No sólo en el compromiso con los necesitados sino también en el ámbito espiritual, místico. De Ignacio de Loyola, veo el apego al estudio, el análisis crítico y la lealtad, pero ya no al papa o al papado, ni siquiera a la Iglesia como mera institución, sino al Pueblo de Dios."


Bergoglio fue criticado por algunos por presentar de una manera muy personal el legado de Ignacio y no faltaron quienes lo acusaron de tergiversarlo. Ignacio Pérez del Viso, especialista en historia de la Iglesia, concluye: "Todo jesuita hace su san Ignacio? hubo algunas biografías más canónicas que otras según los tiempos, algunas más apologéticas; la autobiografía de Loyola recién se divulgó a finales del siglo XIX y ciertamente fue censurada". Por su parte, Bruno Forte agrega: "Se advierte la actitud ignaciana en el fuerte sentido del primado de Dios y de la oración, en el vivir constantemente en la presencia del Señor y en el referirle todo a Él. Además, es ignaciana la atención puesta en el discernimiento y en la escucha, así como en la firmeza para llevar adelante las decisiones. Más que hablar de reformas, el papa Francisco escucha, evalúa frente a Dios y actúa".

De más está repetir que Jorge Bergoglio está marcado por Ignacio de Loyola y sus Ejercicios espirituales que, como afirma el historiador francés Michel Lemonnier, citando a Francisco de Sales, "produjeron más santos que el número de palabras en ellos contenidas".

También con respecto a la espiritualidad ignaciana, Víctor Manuel Fernández, rector de la UCA y recientemente nombrado arzobispo por el Papa, sostiene que la formación específica de su orden lo ha signado a fondo: "Lo ignaciano no marcó sólo su espiritualidad personal, sino que lo orienta también a la hora de tomar decisiones o de aconsejar a otros. Una de las cosas que los sacerdotes de Buenos Aires valoraban de su arzobispo eran sus consejos ofrecidos en pocas palabras; cuando lo consultaban por problemas personales o pastorales, era una verdadera luz que les permitía resolver intrincadas situaciones".

En el mismo sentido, el jesuita chileno Antonio Delfau, director de la revista Mensaje , observa la espiritualidad ignaciana de Bergoglio "en el amar a Dios en todas las cosas y a todas en Él; también hay cierta secularización: rompe protocolos, besa, abraza, habla con pocas citas, siente amor por ir a las fronteras? todo muy ignaciano, en la pobreza y sencillez". Y la teóloga brasileña Maria Clara Bingemer sintetiza el espíritu que alienta a Bergoglio: "Moviliza los afectos y la voluntad en la dirección del querer de Dios, que enseña a tomar decisiones en plena libertad sin la influencia de afecciones desordenadas. Entiende que el espíritu debe ejercitarse como el cuerpo a fin de encontrar agilidad y flexibilidad para responder a las invitaciones divinas, apelando a la libertad para que ésta se mueva en dirección de un mayor servicio y alabanza a Dios".

EL VALOR DE LA POLÍTICA

Cuando hasta hubo carteles que empapelaron el centro de Buenos Aires festejando desde ciertas agrupaciones gremiales que había llegado al Vaticano "un papa argentino y peronista", no pocos se preguntaron dónde se ubicaba Bergoglio en el campo político. Antes que nada conviene recordar la particular atención que siempre le prestó a la política. Escribe en Sobre el Cielo y la Tierra :

Todos somos animales políticos, en el sentido mayúsculo de la palabra política. Todos estamos llamados a una acción política de construcción en nuestro pueblo. La predicación de los valores humanos, religiosos, tiene una connotación política. Nos guste o no, la tiene.

Pérez del Viso afirma que el actual papa mostró simpatías peronistas cuando no pocos en la Iglesia optaban por Perón, en sus diferentes versiones. Mientras que Víctor Fernández señala: "Si bien muchos lo identifican como peronista, jamás escuché que él se definiera como tal. Es verdad que algunas de sus convicciones profundas tienen una especial resonancia del discurso peronista: el pueblo más que los individuos, los pobres como interlocutores con una cultura propia, la importancia de una identidad nacional? Pero éstas son cuestiones sobre las que Bergoglio ha reflexionado acudiendo también a autores que no pertenecen al mundo peronista, o que son incluso anteriores al peronismo".

Por su parte, Gustavo Irrazábal, abogado y doctor en Teología, agrega: "El pensamiento de Bergoglio coincide con el de Lucio Gera, no el Gera de principios de los años 70, sino el de Puebla, en 1979. La idea fundamental era que el pueblo, más que los individuos, sería el verdadero sujeto de la historia y, por lo tanto, de la liberación integral. Era el pueblo de la nación, como encarnación particular del Pueblo de Dios". Con el documento de la Conferencia episcopal argentina Iglesia y comunidad nacional (1981), se agregó el discurso republicano-democrático, en lo que se ve, a veces, un progreso, y otras, una oscilación.

Como en casi todos los demás aspectos, en lo político Bergoglio no es clasificable de modo fácil. Sobre todo si uno cae en la cuenta de dónde está hoy y se pregunta si no será acaso uno de los pocos estadistas que la Argentina ha producido en las últimas décadas.

INSPIRADO POR SAN AGUSTÍN


"Oh, belleza siempre antigua y siempre nueva." Así se refería Agustín de Hipona al Señor, y se arrepentía de haberlo amado tarde. Refiriéndose a ese extraordinario escritor y padre de la Iglesia, Bergoglio escribía:

Hay una frase de san Agustín ("Señor, nos creaste para ti y nuestro corazón estará inquieto hasta que descanse en ti") donde lo más importante es la palabra inquieto. Cuando uno quiere ser sensato, sincero con lo que siente, manifiesta una inquietud profunda hacia lo trascendente, hacia un encuentro con Dios. Pero mientras vivimos el encuentro, se inicia otra búsqueda y así sucesivamente, cada vez con mayor profundidad. Esa inquietud nos gusta describirla como el hálito de Dios que llevamos dentro, la marca que dejó en nosotros. Muchas veces, incluso, aparece en personas que no han oído hablar de Dios o que tuvieron en sus vidas posiciones antirreligiosas o inmanentes y, de golpe, se encuentran con algo que los trascendió. Mientras esa inquietud exista, existirá la religión, habrá formas de religarse a Dios.


ROMANO GUARDINI. La lectura del teólogo alemán influyó en su estilo de argumentación.
Como lector de Romano Guardini, también Bergoglio prefiere no citar a muchos autores y concentrarse en las ideas. A lo sumo, lo hace de modo general: en la línea de los clásicos griegos, en el sentido de los profetas menores, como en el romanticismo alemán, a la manera de los salmos de realeza... Su lugar evangélico más prístino siempre han sido los pobres y los sufrientes porque insiste en que hay que estar en las fronteras. El consejo de redacción de la revista Criterio recuerda y da testimonio de que el cardenal Bergoglio sugirió estar en las fronteras de la cultura, es decir, en diálogo con los que están aparentemente fuera de la Iglesia, o en su periferia. Por otra parte, siempre demostró un marcado apoyo para que los cristianos que saben pensar descubran las huellas de Cristo donde aparentemente no está.

Francisco, en su talante tan diferente del de Benedicto XVI, ama sin embargo con igual intensidad la forma sapiencial que todavía puede resguardar la Iglesia, tanto en figuras académicas como populares. Quizá por eso los dos son tan amigos; los une la Palabra de Dios, la que en último término da forma a todas las figuras.

FUNDACIÓN DEL ESPAÑOL URGENTE


clasificación no es calificación

El término clasificación, no calificación, es el apropiado para referirse al logro de un puesto determinado para participar en una competición.

Sin embargo, en noticias aparecidas en los medios de comunicación referidas a pruebas de motor se están escribiendo ejemplos como «Está trabajando a fondo para mejorar el rendimiento del coche en la sesión de calificación en esta primera fase del Mundial» o «Los dos pilotos obtuvieron, respectivamente, los puestos segundo y tercero en la calificación de Malasia».

Incluso se encuentran textos en los que estos términos se utilizan indistintamente para referirse a lo mismo, como en «La lluvia caída en Melbourne convirtió en caótica la jornada [...] y se acabó aplazando la calificación para el Gran Premio de Australia; finalmente se anunció que la segunda y la tercera sesión (Q2 y Q3) de la clasificación, que ordenarán la formación de salida de la primera prueba del año…».

La confusión entre el significado de ambos términos quizá provenga del inglés qualifying —utilizado para referirse en pruebas de motor a las partes en las que se divide la fase de clasificación—, que se está traduciendo al español con el calco calificación, en lugar del apropiado clasificación.

En este sentido, es pertinente aquí recordar que el diccionario Merriam-Webster indica que el verbo inglés to qualify significa ‘cualificar’ y ‘calificar’ pero, como intransitivo y en deportes, solo ‘clasificarse’.

Por su parte, el Diccionario panhispánico de dudas explica que, en español, clasificarse es tanto obtener los resultados necesarios para participar o continuar en una competición como conseguir un puesto determinado en ella, que son los sentidos para los que se están utilizando inapropiadamente calificación y calificar, que no es sino ‘valorar el grado de suficiencia o insuficiencia de alguien en un examen o prueba’.

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