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terça-feira, 10 de dezembro de 2013

CLARICE LISPECTOR





La mirada de Clarice Lispector, una escritora más allá del lenguaje
INÉS MARTÍN RODRIGO abc - España
Inspirado en el Bloomsday de Joyce, hoy se celebra «La hora de Clarice», homenaje internacional que conmemora el nacimiento de la brasileña


Clarice Lispector nació el 10 de diciembre de 1920 en Chechelnyk (Ucrania). Para conmemorar esta fecha, desde hace tres años se viene celebrando «La hora de Clarice», un homenaje internacional a la figura de la gran escritora brasileña. Inspirado en el Bloomsday de Joyce, concentrará numerosos actos por todo el mundo, que se extenderán hasta el 15 de diciembre. En España, Casa Amèrica Catalunya se suma hoy a la celebración con una conferencia de Elena Losada, traductora al español, y la narración de sus relatos de literatura infantil.

Clarice Lispector se trasladó con su familia, de origen judío, siendo un bebe desde su Ucrania natal hasta Brasil. Marcada por la muerte de su madre cuando ella tenía nueve años (falleció de sífilis, una enfermedad que contrajo cuando fue violada por soldados rusos), en Brasil creció como mujer y escritora. De alma camaleónica, singular belleza y talento arrollador, publicó su primer libro, «Cerca del corazón salvaje», con solo 21 años.

Era el primer paso de una joven promesa que se convirtió en una de las más singulares representantes de las letras brasileñas con obras como «La hora de la estrella», «Aprendizaje o el libro de los placeres» o «Un soplo de vida», su novela póstuma. Estamos, sin duda, ante una de las escritoras más interesantes, desconcertantes y frustrantes del siglo XX. El lenguaje era para ella «el camino en busca de la realidad» y parecía predestinada a la extrañeza que emana de su obra.

La extrañeza de su obra
Como explica su traductora, Elena Losada, «cuando uno se acerca a uno de sus textos produce una extrañeza parecida a la que provocan Kafka o Pessoa». De hecho, Lispector llegó a reconocer que utilizaba «la palabra como cebo para captar la entrelínea, algo que está más allá del lenguaje». La de la escritora es «una manera diferente de mirar la realidad, sin estereotipos, un poco como hacen los niños». Virtuosa de la oscuridad, para ella «no hay cosas insignificantes, lo más banal puede desencadenar la epifanía», explica la traductora.

Según su hijo, «escribió por delante de su propia época, por eso hoy está presente»
Y es que, como reconoce el hijo de Clarice Lispector, Paulo Gurgel Valente, «escribió muy por delante de su propia época, por eso hoy la tenemos presente igual que ayer, gracias también a su legado». Gurgel Valente (hijo de la escritora y el diplomático Maury Gurgel Valente) asegura, por ello, que la celebración de «La hora de Clarice» es «un momento para reflexionar, leer y comentar su obra, ya que sus admiradores confluyen en su lenguaje universal»

«Clarice estaba dotada de una sensibilidad poco común para el mundo y las personas corrientes, con una visión que cada día que pasa atrae a más personas gracias a internet y los libros electrónicos», cuenta su hijo vía e-mail. Gurgel Valente describe a Lispector como una madre «muy natural» que «escribía en casa con los chicos alrededor, cuidándolos y educándolos» y solo eran conscientes de su notoriedad «cuando teníamos periodistas en casa» (se convirtió en un icono nacional, su rostro aparecía en los sellos y el cantante Cazuza reconoció haber leído «Agua viva» en 111 ocasiones).

Hoy en día, la vigencia de la escritora brasileña es tal que la editorial Siruela acaba de lanzar la Biblioteca Clarice Lispector, una nueva colección que reúne toda la obra de la autora. Los dos primeros títulos, «La pasión según G.H». y «Cuentos reunidos», ya están a la venta. A principios de 2014 se publicará «Agua viva» y más adelante se irán reeditando todas las obras claves de la autora.

En palabras de la editora Ofelia Grande, Clarice Lispector «empezó a escribir de una forma muy diferente a como se había escrito hasta el momento, con una forma distinta de transmitir la realidad, nada costumbrista, caracterizada por la innovación en la forma de narrar». «Sé un montón de cosas que nunca he visto», llegó a decir. Cosas que hoy, al cumplirse 37 años de su muerte (falleció a los 56 años, víctima de un cáncer), sigue descubriendo a sus lectores.

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