Translate

terça-feira, 10 de setembro de 2013

LA LENGUA VIVA

Una isla llamada Decepción
Amando de Miguel


Efectivamente hay una isla llamada Decepción cerca de la Antártida, inhóspita hasta para los pingüinos. Creo que se ha establecido allí una base científica española. Decepción fue la palabra más repetida después del espectáculo de las votaciones para los Juegos Olímpicos y Paralímpicos. (este último término se ha impuesto a pesar de ser tan horrendo). Se habla de los "Juegos" sin más, el mayor espectáculo del mundo. Incluso las votaciones para la candidatura de la ciudad eclipsaron la atracción por el G-20.

Muchas veces hemos hablado aquí de esa característica de la lengua, de todas ellas, que consiste en la polisemia. Hay palabras que tienen varios significados, lo que puede producir cierta confusión, pero proporciona un gran interés expresivo. Por ejemplo, la voz juego en español se puede traducir al inglés por tres conceptos algo distintos: game (= competición deportiva), play (= juego infantil, también los de mesa) y gambling (= juego de azar). Ya es curioso que esas tres realidades, aparentemente tan distintas, se designen en español con la misma palabra. Sin embargo, hay un elemento común entre ellas: la idea de lo que se llama suma nula o suma cero. Es decir, se provoca una situación en la que, si uno gana, el otro pierde. Eso produce riesgo, emoción, placer.

Era evidente que las votaciones de Buenos Aires habían sido diseñadas producir alegrías y desengaños, placer y decepción. En este caso a los españoles nos tocó la china y ganó el Japón. La decepción es un quebrado cuyo numerador son las expectativas y el denominador es la realidad. Eran tan altas las expectativas que los dos perdedores (Estambul y, sobre todo, Madrid) se iban a sentir decepcionados. La reacción inmediata para consolarse un poco es buscar un culpable. Sin embargo, la delegación madrileña lo hizo muy bien. Simplemente, las otras ciudades candidatas lo hicieron mejor. Tanto Estambul como Tokio subrayaron las diferencias específicas de sus respectivas candidaturas. Los españoles manejamos sobre todo el voluntarismo: el proyecto de los Juegos en 2020 cuenta con el apoyo de todos, necesitamos ganar, a la tercera va la vencida, etc.

A toro pasado es fácil argüir qué tendríamos que haber hecho para ganar. A mi modo de ver se debería haber subrayado más las ventajas específicas de la candidatura madrileña. Es mejor hablar de ventajas que de fortalezas. La principal es el idioma, aunque parezca una obviedad. Tanto el turco como el japonés son idiomas étnicos, esto es, apenas se estudian por los que tienen otra lengua materna. En cambio el español es un idioma de comunicación internacional: lo aprenden millones de personas que no lo tienen como familiar. Nadie aludió a esa ventaja. Otra es la situación geográfica. Madrid se sitúa en el huso horario que comprende más países desarrollados. Cabe una tercera ventaja específica: Madrid es una ciudad en la que hay mucha menos violencia que en Estambul o en Tokio. No entiendo por qué la presentación española (estéticamente impecable, por otra parte) no mencionó esa tríada de circunstancias favorables.

Para la sorpresa de los espectadores del acto, un periodista español dijo que una de las ventajas de Madrid era su "arquitectura ecléctica". Ignoro qué quiere decir esa fortaleza. Quizá pueda haber eclecticismo arquitectónico en el Palacio del Ayuntamiento (antes de Correos), pero, aun así, eso tiene mucha gracia. Puede que no haya edificio más fotografiado por los turistas extranjeros que llegan a Madrid. Muchos imaginarán que es el palacio de fantasía donde habitó una vez la diosa Cibeles.

Nenhum comentário:

LA RECOMENDACIÓN DIARIA:

  LA RECOMENDACIÓN DIARIA el maratón  y  la maratón ,   formas adecuadas   La palabra  maratón  puede emplearse tanto en masculino  ( el mar...