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domingo, 23 de junho de 2013

Miguel Sáenz


"La traducción es una actividad creadora"
FERNANDO DÍAZ DE QUIJANO | Publicado el 22/06/2013

El traductor ingresa este domingo en la RAE, donde ocupará el sillón “b”.
Jurista de altísimo nivel, general del Ejército del Aire en la reserva y excelente traductor. Este es el perfil de Miguel Sáenz (Larache, Marruecos, 1932), que ocupará este domingo el sillón “b” de la Real Academia Española. Premio Nacional de Traducción en 1991, es experto en escritores de habla inglesa como Faulkner y, sobre todo, de habla alemana, como Günter Grass, Peter Handke y Thomas Bernhard, de quien escribió una biografía. Conversamos con él sobre las muchas aportaciones que puede hacer al idioma un personaje de su talla.

Pregunta.- ¿De qué va a hablar en su discurso?
Respuesta.- Se titula Servidumbre y grandeza de la traducción. Hablaré de cómo ha sido considerada una labor inferior, menestral, y cómo para otros es una actividad creadora. En el discurso hablo mucho de la escuela de traductores de Toledo, de la teoría de la traducción, de Borges, de Octavio Paz, de Ortega y Gasset, de Nabokov...

P.- ¿Y en qué medida puede ser una actividad creadora?
R.- Borges liberó al traductor de la creencia de que el texto original es siempre superior a la traducción. “El concepto de texto definitivo sólo le corresponde a la religión o al cansancio”, decía. Mediante la infidelidad creativa, la traducción puede darle una nueva vida a la obra. Es el caso del Rubaiyat del persa Omar Jayam, traducido por Edward Fitzgerald. También muchos dicen que los cuentos de Edgar Allan Poe son mejores en la traducción francesa de Baudelaire.

P.- ¿Qué puede aportar un traductor a la RAE?
R.- Sobre todo puede ejercer una función comparatista. En la Academia hay expertos increíbles en literatura y léxico españoles, pero es interesante también seguirle la pista a otras lenguas. Ver qué pasa en el alemán, el italiano, el inglés... Es lo que hace, por ejemplo, Darío Villanueva, que es experto en literatura comparada.

P.- Usted ha traducido mucho a autores de habla alemana, como Thomas Bernhard, Peter Handke o Günter Grass. ¿Cómo y por qué se especializó en ellos?
R.- El primer libro que traduje fue uno de derecho municipal alemán cuando era becario en el Instituto Superior de Estudios de Administración Local. Luego fui traductor en la ONU, sobre todo de inglés. Empecé con la literatura, y traduje mucho del alemán porque no había muchos traductores de esta lengua. Me gustan especialmente los escritores austríacos por su ritmo y musicalidad. He compaginado esta labor con mi trabajo como jurista en el Instituto Nacional de Técnica Aerospacial, como Fiscal de la Sala Quinta del Tribunal Supremo... Aunque siempre me ha gustado escribir, me veía incapaz de escribir cosas mías al llegar de trabajar. En cambio, traducir es como tener delante la partitura que tenía que interpretar. Es agradable y satisfactorio.

P.- También es miembro de la Academia Alemana. ¿Se parece a la RAE?
R.- No, porque no es nacional y le falta esa autoridad que sí tiene la nuestra. No ha elaborado nunca un diccionario, aunque sí aborda reformas de sintaxis y ortografía. En cambio, tiene mucha importancia en el ámbito literario porque concede la más alta recompensa literaria alemana, el Premio Büchner. La RAE se parece más a la academia francesa; la alemana, a la danesa o la inglesa.

P.- ¿El alemán es tan cambiante como el español?
R.- Ha absorbido mucho del inglés en los últimos tiempos, pero es un idioma menos evolucionado que el español porque sólo lo hablan los alemanes, y por eso es más difícil. Cuando un idioma lo hablan personas de muchos países, como el nuestro, cambia mucho más.

P.- Ha servido treinta años en el ejército, ha sido teniente auditor jurídico del Cuerpo Jurídico del Ejército del Aire y general auditor del Cuerpo Jurídico de la Defensa. ¿Aportará términos de la aviación al Diccionario?
R.- Siempre ha habido representantes de la milicia en la RAE, pero no aviadores. Así como la riquísima terminología marinera ha sido muy analizada, hay muchos términos y expresiones del vuelo que faltan en el diccionario. Figura en él rizo como “vuelta de campana” del avión -definición que podría mejorarse, por cierto-, pero no figura la otra pirueta básica, el tonel. También se podría introducir el término “empenaje”, muy usado en aeronáutica, que es la cola del avión.

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