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terça-feira, 16 de outubro de 2012

FUNDÉU RECOMIENDA...


Recomendación del día


lifting, uso figurado

El uso figurado del anglicismo lifting, en el sentido de ‘renovación’ o ‘puesta al día’, es innecesario.

Sin embargo, cada vez con mayor frecuencia pueden encontrarse en los medios de comunicación titulares como los siguientes: «Inditex le hace un "lifting" a Stradivarius», «Fouces somete a la Casa Azul a un “lifting”».

El Diccionario panhispánico de dudas ni siquiera considera aconsejable el uso de la voz inglesa lifting en su sentido literal de 'estiramiento facial'. Y aún menos recomendable resulta el uso figurado, en el que puede sustituirse por términos y expresiones como renovación, puesta al día, actualización, modernización, remodelación o lavado de cara, en función del contexto.

Así, en los ejemplos anteriores hubiera sido más adecuado escribir, por ejemplo, «Inditex renueva la imagen de Stradivarius» y «Fouces somete a la Casa Azul a una remodelación».

EL DICCIONARIO DE CRISTÓBAL COLÓN







Por Claudia Peiro | cpeiro@infoabe.com

En las carabelas, traía intérpretes de árabe, arameo y tártaro, pero de nada le sirvieron, porque había llegado a un nuevo mundo. En su diario, anotó las palabras que aprendía



“Canoa es una barca en que navegan, y son de ellas grandes y de ellas pequeñas”. Esa fue la primera palabra autóctona que el Almirante inscribió en su cuaderno de viaje el día 26 de octubre de 1492. Estaba describiendo las embarcaciones que usaban los nativos y, como no se parecían a ninguna de las que conocían en Europa, usó el vocablo local. “Son navetas de un madero adonde no llevan velas. Ëstas son las canoas”.

En otra ocasión repitió: “Muy grandes almadías, que los indios llaman canoas”. Almadía es un arabismo para balsa o barca.

Éste y otros detalles sobre el aspecto lingüístico del choque cultural que representó la llegada de Cristóbal Colón y sus hombres a América pueden leerse en el ensayo La andadura del español por el mundo (2010, Santillana), del filólogo cubano españolHumberto López Morales, una apasionante historia de cómo este idioma se expandió en todo un continente y más allá, sin perder por ello la unidad lexical, gramatical y sintáctica.


“De nada le sirven a Cristóbal Colón los intérpretes que le acompañan, expertos en latín, griego, árabe, arameo y hasta tártaro", escribe López Morales en su libro. Una total incomprensión fue el resultado de estos primeros intentos (de hablar con los aborígenes). Todavía no sabían –Colón nunca llegó a saber- que no habían llegado a Cipango (Japón) ni al Catai-Mangui (China), pero sí que no le había sido posible entregar las cartas que llevaba para el Gran Khan, en ‘la afortunada tierra de Marco Polo’”.

La primera etnia con la cual tomó contacto Colón fueron los taínos, que poblaban las Antillas, Puerto Rico, Cuba y Jamaica, y vivían en la Edad de Piedra. Empujados por los caribes –una tribu agresiva y caníbal- estaban migrando hacia el oeste.

En sus intentos por comunicarse, los españoles empiezan a descubrir vocablos nuevos. En algunos casos, la novedad del objeto que quieren nombrar los lleva a adoptar la denominación indígena. Por ejemplo, la palabra canoa empieza a aparecer con mayor frecuencia, desplazando a almadía, que no le servía para describir acabadamente el tipo de embarcación local. Dice López Morales: “Este proceso de penetración de un indigenismo, tras quedar vencedor sobre la palabra castellana, o usada en Castilla, se repite en varias ocasiones”.


“El ají es su pimienta”

Por lo general, como se dijo, sucede cuando la cosa a nombrar –utensilio, planta, fruto, animal- no existe en Europa y no tiene por lo tanto nombre español. De este modo, otros vocablos que quedarán incorporados al idioma conquistador son por ejemplo, hamaca, cacique, ají y tiburón. Todos ellos aparecen en el “diccionario” colombino.

En el caso de la hamaca, Colón empieza describiendo el objeto: “camas (que) son como redes de algodón”. Y más adelante, el 3 de noviembre, escribe: “redes en que dormían, que son hamacas”. Del ají, el Almirante dice que “es su pimienta”.

Otros términos indígenas presentes en el Diario de Colón no subsistirán. Es el caso por ejemplo de ajes (un tubérculo parecido a la batata), cazabe (pan), nitaine (un miembro de clase noble), tuob y nocay (términos usados para el oro), etcétera. Tendrán mejor suertebohío y caribe.

El 16 de diciembre, por ejemplo, el Almirante escribe sobre estos “niames, a que ellos llaman ajes”, pero la palabra no persistirá.

Otra palabra tempranamente registrada en documentos oficiales (1500….) es jagüeycomo “pozo o depósito subterráneo de agua”. Pero este indigenismo pronto será abandonado por aljibe, pozo o cisterna.

En cambio el antillanismo huracán, que recién se registra en la 2ª mitad del siglo persistirá. En 1582, la Memoria de Melgarejo, dice: “suele haber tormentas [que] llaman huracanes”.

Otra palabra que logrará imponerse es cayo, “islote, isla rasa, frecuentemente anegadiza”.

El mayor caudal de palabras indígenas vendrá de la flora: guayaba, ceiba, guayacán, caoba, maní, mangle, papaya, aguacate, atole, cacao, camote, chocolate, mole, tamal, tomate, etcétera. Y de la fauna: guacamayo, manatí, iguana, caimán, jején, etc. Finalmente, objetos como piragua (palabra de origen caribe), maraca (sonajero) obarbacoa (fuego).

Estos términos aborígenes empezarán incluso a aparecer –normalmente, no como exotismos- en textos de Cervantes (cacao, caimán, huracán, caribe), Lope de Vega(macana, chicha, tambo) y también Tirso de Molina, Calderón, Quevedo.


Mestizaje y castellanización

Con la llegada de Colón al continente, se inició un largo proceso de mestizaje. Cabe recordar las dimensiones de esta empresa colonizadora: “Los soldados españoles", dice López Morales, "pisaron múltiples tierras: desde el sur de la Florida hasta lo que mucho después se llamaría Canadá, desde tierras floridanas hacia el oeste, hasta llegar a Texas. Hacia el otro extremo (…): de California a Alaska, más largos recorridos para ir desde la costa del Golfo de México a Iowa, de las Dakotas a Nebraska”.

“Tan temprano como en 1503, una Instrucción Real ordenaba que se agrupara a los indios en pueblos ‘para ser adoctrinados como personas libres que son, y no como siervos’”, señala también el autor. Para castellanizar a los indígenas, la Corona se apoyó en las órdenes religiosas, sin embargo frecuentemente fueron éstas las que contribuyeron a resguardar las lenguas nativas.

El caso guaraní es quizás el más claro. Se dará una tensión: “Toda la segunda parte del siglo es testigo de esta dicotomía: la Iglesia, preocupada por la evangelización, inclinándose a favor de las lenguas indígenas mayores; el poder civil, con preocupaciones más terrenales, pero comprometido con la catequesis, votaba por el español”.

La misión evangélica defendía, por lo tanto, la conservación de las grandes lenguas indígenas. “Los dominios españoles en América constituyen el único ejemplo que se conoce en el que lenguas dominadas, el nahua (náhuatl) y sobre todo el quechua, hayan salido fortalecidas en su extensión geográfica al finalizar el período de dominación”.

Ahora bien, en términos generales, cumplido el proceso de expansión del idioma, fueron muy pocos los términos nativos que quedaron incorporados en el léxico español.

A los ya mencionados, podemos sumar, para Sudamérica, voces tomadas del quechua y del aymara (como poro, cóndor, vicuña o yapa); del guaraní (como yaguareté, urutaú, matete), y del mapuche (choique, laucha, pilcha, cultrum).

La castellanización de los indígenas fue sobre todo consecuencia del mestizaje. La descendencia de español e india (la mujer europea prácticamente no participó de la conquista) ya hablaba español, explica el filólogo.


Pero otro motivo por el cual el español se impuso a los idiomas locales fue que, al momento de la llegada de Colón, pocas lenguas aborígenes eran mayoritarias. Sí lo eran, por ejemplo, el náhuatl (México), el quechua y el aimara (Perú y Bolivia), el chibcha (Colombia, Panamá), el guaraní (Paraguay) y el mapuche (Chile).

“Es evidente", concluye Humberto López Morales, "que, además del cúmulo de razones político-administrativas que así lo aconsejaban, la atomización lingüística del territorio americano parecía favorecer la implantación del español”.

En efecto, del encuentro entre expedicionarios que se expandieron de Norte a Sur y de Este a Oeste, y que usaban todos el mismo idioma, y nativos que hablaban un sinnúmero de lenguas diversas, surgió como resultado la hegemonía de la lengua que representó un vehículo de comunicación único para todo el extenso dominio.


De la resistencia a la declinación

De todas las lenguas que se hablaban en Hispanoamérica al momento de la Conquista, persisten hoy 271, no todas con el mismo vigor ni la misma extensión.

Humberto López apela a la clasificación de Enrique Margery Peña, que definió cinco estadios: florecimiento, resistencia, declinación, obsolescencia y extinción.

Las lenguas florecientes son las que poseen más de un millón de hablantes, tienen escritura y medios de difusión. Son sólo cuatro: zapoteco (México), aimara (Perú, Bolivia, norte de Chile y Argentina), guaraní (Paraguay, parte de Bolivia y norte de Argentina) y quechua (Ecuador, Perú, Bolivia y partes de Chile y Argentina).

Las lenguas resistentes -22 en total- disponen de entre un millón y cien mil habitantes, no tienen sistema de escritura y carecen de grandes posibilidades de difusión. Once de estas lenguas son mexicanas (el náhuatl es una, además del mazateco y el mixteco, entre otras), otras son el misquito (Nicaragua, Honduras), el quiché (Guatemala) el guajiro (Colombia, Venezuela) y el mapuche (Chile y Argentina).

Las declinantes son las que tienen entre cien y diez mil habitantes -muy pocos de ellos monolingües- y pocos medios de difusión. Son 54, distribuidas en partes más o menos iguales entre México, América Central y del Sur. Las obsolescentes son las que tienen menos de 10.000 hablantes en su mayoría bilingües. El 90% de estas lenguas desaparecerá en un plazo más o menos breve. El cuadro que sigue fue tomado del libro de López Morales.


ESTADOUNIDISMOS








Los ‘estadounidismos’ entran en el Diccionario de la RAE
Su nueva edición incluirá una decena de términos acuñados en Estados Unidos

EVA SÁIZ - Washington
Fuente: El País - España


La Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE) anunció la inclusión de “estadounidismos” en la próxima edición del Diccionario de la Real Academia Española (DRAE). Se trata de términos propios del español que se habla en Estados Unidos y que se han ido acuñando a lo largo de los últimos años, entre ellos billón, email, hispanounidense, paralegal (asistente de abogados) o van (microbús).
Con más de 55 millones de hispanos, EE UU es el segundo país en número de hispanohablantes. “El reconocimiento de la RAE de losestadounidismos es un reflejo de la creciente influencia del español de EE UU”, asegura Gerardo Piña-Rosales, presidente de la ANLE.
La inclusión de 'estadounidismos' supone un reconocimiento por parte de la RAE de la existencia de un Español exclusivo, propio de EE UU"
Gerardo Piña-Rosales
La próxima edición impresa del DRAE incluirá palabras como aplicar, con el significado de solicitar; departamento, para referirse a un ministerio; parada, para designar un desfile; o elegible, en el sentido de beneficiario. “Son términos en español que reflejan la idiosincrasia nacional [en referencia a EE UU]”, explica en conversación telefónica Piña-Rosales. “Son modalidades del idioma al que se han debido habituar los hispanohablantes que han ido llegando a EE UU”, puntualiza.
Piña-Rosales se muestra satisfecho de la inclusión en el DRAE de esos estadounidismos -término que la RAE también ha aceptado con la definición de “palabra o uso propios del español hablado en los Estados Unidos de América”- porque supone “un reconocimiento por parte de la RAE de la existencia de un Español exclusivo, propio de EE UU, al igual que lo hay en otros países de habla hispana: argentinismos, mexicanismos...”.
Entre los criterios de selección para determinar qué palabras se incluían y cuáles no ha primado, explica el presidente de la ANLE, su grado de penetración en el habla, su presencia en la prensa o su uso habitual en las traducciones. “Si aquí hablas de Ministerio en lugar de Departamento, ningún hispanohablante te va a entender”, puntualiza Piña-Rosales.
Incluirá palabras como aplicar, con el significado de solicitar, departamento, para referirse a un ministerio, parada, para designar un desfile, o elegible, en el sentido de beneficiario
La idea de identificar estadounidismoscon la intención de incorporarlos en el diccionario surgió hace cuatro años con motivo del acuerdo de colaboración que firmó la ANLE con el Gobierno de EE UU para asesorar a sus distintos departamentos / ministerios en la traducción al castellano de sus formularios e impresos públicos y de sus páginas web. “Fruto de esta cooperación la Academia está logrando mejorar,normativizar y defender el correcto uso de la lengua española en este país”.
El presidente de la ANLE alerta sobre el error de equiparar losestadounidismos con el espanglish, otro término también aceptado por la RAE con cuya definición disiente. “Los estadounidismos son términos propios del español que se habla en EE UU, mientras que el espanglish es un ‘fenómeno lingüístico’ en el que, a diferencia de lo que se sostiene en el DRAE, no creo que 'deforme elementos léxicos y gramaticales del español y del inglés', se trata más bien de saltos, mezclas de un idioma a otro”, defiende Piña-Rosales.
Lo que se podrá decir
En poco tiempo frases como: “He enviado un ‘email’ con una ‘aplicación’ para ‘rentar’ un piso frente a la tienda de ‘bagels’”, no podrá ser considerada una mala traducción del inglés. Estos términos son algunos que se contienen en el listado que la ANLE ha enviado a la Real Academia para su inclusión en la próxima edición de su Diccionario con la marca EU (Estadounidismo)
 Agencia. Por calco del inglés, todo tipo de entidad que normalmente tiene otros equivalentes en los países hispanohablantes, como entidad, dependencia, organismo, etc.
 Bagel. Vocablo inglés de uso común que denota un panecillo en forma de rosquita salada.
 Billón. Mil millones.
 Departamento. Ministerio; agencia gubernamental
 Email. Vocablo inglés de uso común que denota correo electrónico
 Hispanounidense. Persona de habla, origen o ascendencia hispana que reside en los Estados Unidos de América.
 Latino. Designación común de los hispanounidenses.
 Parada. Desfile popular con carrozas
 Paralegal. Oficio de asistente de abogados
 Phishing. Vocablo inglés de uso común en el español de Estados Unidos que denota una técnica delictiva de adquirir datos de usuarios de correo electrónico
 Podiatría. Podología
 Pretzel. Vocablo inglés de uso común que denota una galleta con forma de lazo y a veces también de palito.
 Rentar. Alquilar
 Suplementar. Completar, complementar
 Trillón. Mil billones
 Van. Apócope de caravan. Microbús o camioneta cerrada de cuatro ruedas que se utiliza para transportar cargas o tiene varias filas de asientos.
 Estanflación. Calco del inglés: stagflation, palabra compuesta a partir de stagnation, estancamiento, e inflation, inflación). Indica el momento o coyuntura económica en que, dentro de una situación inflacionaria, se produce un estancamiento de la economía y el ritmo de la inflación no cede.

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