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quinta-feira, 26 de julho de 2012

“La traducción no perecedera es posible”


Por: Javier Rodríguez Marcos | 25 de julio de 2012 – FUENTE: EL PAÍS.-España.-

ENTREVISTA A CARLOS FORTEA, traductor

- “Me pregunto si los autores del boom leyeron a Faulkner en inglés o habían leído las traducciones que circulaban desde los años 30”.
- “Es intolerable retocar traducciones [hechas en América Latina]”
- “La crítica literaria se fija en los detalles para postergar lo que de verdad da valor a una traducción”
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La traducción sigue teniendo mucho de oficio invisible. Pocos trabajos tan importantes para la cultura de un país son, a la vez, tan poco reconocidos.
Los directores de todas las sedes del Instituto Cervantes celebran este año su reunión anual en Salamanca y la Facultad de Traducción de esa universidad celebra mañana jueves una mesa redonda con directores que son también traductores. “El papel de la traducción es también el papel del español”, dice la convocatoria oficial. En el coloquio participanVíctor Andresco (Milán), Helena Cortés-Gabaudán (Hamburgo), Luisa Fernanda Garrido (Ammán), Mª Dolores López Enamorado (Casablanca), Isabel Clara Lorda(Londres), Julio Martínez Mesanza (Tel Aviv) y Abel Murcia (Cracovia). Es decir, las voces -o algunas de ellas- en español de Dante, Hölderlin, Cees Nooteboom, Aleksandar Tisma o Wislawa Szymborska. Tendrá lugar a las 17 h. en el salón de actos de la Facultad de Traducción y Documentación (Plaza de Anaya). El moderador es el profesor y traductor Carlos Fortea (Madrid, 1963) y ese es el motivo de la entrevista que sigue, realizada por correo electrónico.
La relación entre traducción e historia de la literatura, el problema de los localismos españoles y americanos, el trato de los editores y el de la crítica literaria son algunos de los aspectos que aborda en sus respuesta el vicepresidente de la sección de traductores de la Asociación de Escritores de España (ACE Traductores), traductor de autores como Günter Grass, Stefan Zweig, Heinrich Heine o E.T.A. Hoffmann y autor él mismo de novelas como Impresión bajo sospecha y El diablo en Madrid.
PREGUNTA. "El papel de la traducción es también el papel del español". ¿Cree que no suele reconocerse ese papel?
RESPUESTA. Me temo que no. No siempre tenemos conciencia de que traducir es escribir en español, por una parte, y aportar elementos al español que en un momento dado el español no tiene, por otra. Leemos muy a menudo que los autores del boom latinoamericano, entre los que tenemos ya dos premios Nobel, se inspiraron en las técnicas narrativas que habían descubierto en Faulkner. Yo siempre me pregunto si leyeron a Faulkner en inglés o habían leído las traducciones que circulaban desde los años 30, empezando por Las palmeras salvajes.
Hay además formas muy directas de incidencia en la difusión del español a través de la traducción que no son evidentes. Se lo ilustraré con una historia: hace diez años que los estudiantes de mi facultad traducen en prácticas la página web del Departamento de Información y Prensa de Naciones Unidas de Nueva York, y desde entonces la versión española de esa página es la más visitada después de la inglesa, a mucha distancia de las demás lenguas oficiales de la ONU. Si eso no es política del español, que venga Dios y lo vea.
P. ¿Qué traducciones deberían incluirse en la historia de la literatura en español?
Esa es una pregunta de imposible respuesta, porque habría que hacer muchas matizaciones. A veces una traducción ha sido capital por su influencia y no por su calidad, y por tanto figura de pleno derecho en nuestra historia de la literatura. Otras lo ha sido por su calidad literaria propia. Prefiero citar alguna de mis favoritas. Las Memorias de Adriano de Yourcenar traducidas por Julio Cortázar, o la traducción de Francisco Ayala de Los cuadernos de Malte Laurids Brigge, de Rilke.
P. Los lectores latinoamericanos se quejan a veces de que las traducciones españolas contienen demasiados localismos y algunos editores retocan las traducciones americanas. ¿Es usted partidario de usar un español neutro o de adaptarlo al lector?
R. Yo creo que se trata de un debate viciado, paradójicamente, por un punto de vista localista. Cuando hablamos de lectores latinoamericanos, en realidad estamos hablando de los lectores de uno o dos países concretos. Nadie defiende la modalidad lingüística de Costa Rica, Bolivia o Perú, y la tienen. Yo me formé como lector leyendo a García Márquez, a Cortázar, a Fuentes, a Vargas Llosa. Nunca he sentido su español como ajeno, y tampoco lo siento como ajeno en las traducciones. Cuando escribo, lo hago en mi modalidad lingüística, que es la única que tengo y la única que no es falsa. ¿Qué es el español neutro? Mi español ni siquiera es el mismo que el que se habla en otros lugares de la península ibérica.
Otra cosa distinta es la política editorial, que es la que en realidad envenena el debate. Es intolerable retocar traducciones. Eso viola los derechos morales de los compañeros latinoamericanos, y ofende a su profesionalidad. La integridad de la obra literaria debe ser respetada, y además no causa ningún problema a ningún lector formado.
P. “Si en un texto de cien mil palabras se me han encontrado seis errores así, es más bien un indicio de calidad que su contrario”, decía usted en un artículo sobre la crítica de la traducción. ¿Cree que la crítica literaria se centra demasiado en lo accesorio?
R. La cita pertenece a mi colega Juan Gabriel López Guix, y concuerdo con ella al cien por cien. Creo, en efecto, que en muchas ocasiones la crítica se fija en el detalle para postergar lo que de verdad da valor a una traducción, que es su capacidad para funcionar como un texto autónomo en la lengua de llegada, sus valores literarios propios. Eso conduce a críticas descalificatorias que no tienen sentido de la justicia, por las razones mencionadas en la cita.
P. ¿Cuál cree que es el nivel de la crítica literaria española respecto a la traducción? ¿Qué críticos le parecen los más fiables al respecto?
R, Es que no es un problema de nivel, sino de concepto. Creo que no se aborda el libro como obra integral, sino como una tarea artesanal, y por eso se buscan constantemente las impurezas, los trompicones. No es una cuestión de nombres propios.
P. ¿Por qué la mayoría de los editores no pone el nombre de los traductores en la cubierta de los libros?
R. Esa es una excelente pregunta. Puesto que ningún editor admite despreciar la importancia de la tarea del traductor, no hay una explicación racional plausible. El nombre del traductor reconoce su autoría del texto traducido, informa al lector y le da elementos de juicio a la hora de hacer su compra, y respeta nuestros derechos morales. Es un misterio que a los editores les parezca tan difícil hacer algo tan sencillo y tan de justicia.
P. La pregunta de siempre a los traductores: ¿cada cuánto hay que volver a traducir un clásico?
R. La respuesta es un poco intangible… Cada vez que se siente que su traducción ha envejecido, que ya no forma parte de la literatura española viva. Obviamente esto es muy subjetivo. Nuestros productos, la mayoría de nuestros productos, caducan con el paso de los años. La existencia de excepciones revela que la traducción no perecedera es posible, que hay libros traducidos que pasan a formar parte de la biblioteca del español, por esas virtudes propias de las que hablábamos al hablar de la crítica.
P. ¿Qué libro de los que ha traducido le ha gustado más como lector?
R. Opiniones del gato Murr, de E.T.A. Hoffmann. No recuerdo haber disfrutado tanto en mi vida.
P. ¿Qué está traduciendo ahora?
R. El tercer volumen de la tetralogía Noviembre de 1918 de Alfred Döblin, probablemente su obra más importante después de Berlín Alexanderplatz. Si no la he mencionado en la pregunta anterior ha sido por puro pudor. No había disfrutado tanto desde que traduje Opiniones del gato Murr.
P. ¿Qué libro le gustaría traducir?
R. Qué difícil… me arrepentiría de haber dado el título diez minutos después de haberlo dado.
P. ¿Y haber traducido?
R. Eso sí que lo sé. Los Buddenbrook, de Thomas Mann. Envidiaré a mi amiga Isabel García Adánez el resto de mi vida.
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Imagen: ilustración de Max para Babelia (17/3/2012)

NEOLOGISMOS, ARCAÍSMOS Y OTRAS CUESTIONES





Diariamente, los traductores, nos enfrentamos con las palabras.
Cada autor redacta de acuerdo con su intención y conocimiento. Luego, el traductor, conectado al hilo del mensaje, procura seleccionar la palabra que en el lenguaje meta refleja el propósito del escritor.
Así, debemos incorporar a ese mensaje la palabra “correcta”...
A seguir algunas de ellas…


“Vossas Senhorias” – “Vs.Sas.”
La formalidad "Vossa Senhoria, "que es abreviada en prosa negócio"V.Sa." y es usada para comunicaciones “muy formales” comerciales o políticas.
Su traducción equivalente al español es:
Usía/usías
Síncopa de 'vuestra señoría', que se utiliza como tratamiento de respeto.
(Sínc. de usiría). DRAE
1. com. Vuestra señoría.

Direccionar
El término direccionar, al igual que derivados como re direccionar, es innecesario, pues se ha formado a partir del sustantivo dirección, que significa 'acción y efecto de dirigir', y los posibles sentidos relacionados con dirección ya los tiene el verbo dirigir.
Aunque en el lenguaje informático se distingue entre dirigir (trasladar el contenido) y direccionar (especificar una ruta en una red para que la información llegue a su destino), en el resto de los ámbitos es preferible no utilizar el verbo direccionar en lugar de dirigir.
Así, en frases como «Esto permite direccionar toda la actividad promocional y la innovación»; «La información permitirá direccionar las acciones y programas según las necesidades» el empleo de direccionar no está justificado, y lo adecuado hubiera sido utilizar el verbo dirigir.
Prototipar
Por Marcelo Monsores (RJ) em 07-09-2009
Crear un prototipo
La empresa va a prototipar la solución propuesta por el proveedor para verificar su viabilidad.
Estos verbos están bien formados:
Prototipar - De prototipo + -ar, terminación para formar verbos de tema en a a partir de substantivos y de adjetivos. Indica una acción correspondiente al sentido de la palavra a la que se junta.
Prototipado - Si admitimos el verbo prototipar, podemos formar a partir del el substantivo prototipado, de prototip(ar) origen latino (-agine). Significa, en este caso, acción de - acción de prototipar. (J.N.H. :: 01/03/1997)
La Palabra Protótipo tiene varios tipos de definiciones:
 Un Protótipo es un ejemplar o molde primário en si Que fabrica una u otra cosa figurativa,
 Un Protótipo perfecto y Modelo de una virtud, o vicio cualidad.
 Un Protótipo también puede si referir um cualquier Tipo de Máquina en pruebas, o un Objeto diseñado parágrafo una demostración de cualquier Tipo.
 Un Protótipo o prototipado puede Ser un Modelo del Ciclo de Vida del software, tal Como el desarrollo en Espiral o el desarrollo en cascada .
 Un Protótipo de belleza es aquel Modelo Que en la historia de Función ha ido variando Sobre Como ha debido de Ser el cuerpo de las personas, Tanto en su forma Como en su vestimenta.

EJEMPLOS:

● El Centro Tecnológico de Arteaga de la CIMCC organizó un workshop sobre la transferencia directa de nuevas tecnologías al proceso de diseño y desarrollo. En el marco del primer Congreso Internacional de Diseño -CIDI Córdoba 2012- de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo y Diseño (FAUD) de la UNC, se organizó en conjunto con el Centro Tecnológico de Arteaga, de la Cámara de Industriales Metalúrgicos (CIMCC), el workshop “La transferencia directa de nuevas tecnologías al proceso de diseño y desarrollo: Prototipado rápido y digitalización 3D”.

CREACIÓN DE PROTOTIPACIÓN

Tras realizar el modelo en estereolitografía se realiza el molde de silicona que permite la realización de muestras en tiempos muy rápidos; esto permite evaluar todas las características técnicas del detalle y mejorarlas antes de construir el molde de metal.
Además, permite presentar el producto acabado a la espera de que se moldeen las primeras piezas de plástico. ©2012 - RO.BIA.PLAST SRL - Vat IT08137340157

LA PALABRA






Frijol (grano)
1. m. Am. judía (‖ planta papilionácea). 2. m. Am. judía (‖ fruto). 3. m. Am. judía (‖ semilla).
4. m. pl. Méx. alimento.
También llamado alubia, judía, poroto, haba, habichuela, fréjol, frísol•.
Los frijoles se llaman "caraotas" en Venezuela, “porotos o alubias” en Argentina y Uruguay y "habichuelas" en República Dominicana.


Ejote. (Del náhuatl exotl, frijol o haba verde).
1. m. Guat., Hond. y Méx. Vaina del frijol cuando está tierna y es comestible.
El fruto inmaduro de Phaseolus vulgaris y otras especies del género Phaseolus es conocido en los países de lengua española con diversidad de nombres:
 frijoles verdes (Estados Unidos)
 ejotes (México y Centroamérica, nahuatlismo de éxotl)
 frijolitos (Nicaragua)
 vainicas (Costa Rica)
 habichuelas (Colombia, Cuba, Honduras y Panamá)
 vainitas (Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia y República Dominicana).
 porotos verdes (Chile)
 poroto manteca (Paraguay)
 chauchas (Argentina, Uruguay),
 judías verdes (España),
 alubias verdes (Navarra),
 bajoques (Valencia), bajocas (Murcia)
 fréjoles (Asturias, León y Zamora)
 frejones o fréjules (Salamanca y Extremadura)
 habichuelas (Andalucía y Canarias)
 habichuelitas o habichuelillas o habicholillas (Córdoba),
 mongetes tendres (Cataluña),
 vainas o vaines (norte de España),
 fasoles (latín phaseolus),
 vainas (País Vasco)
 Caparrón verde (La Rioja)
Son vainas aplanadas y alargadas, en cuyo interior se dispone un número de semillas variable según la especie.
Aunque en el proceso de maduración las paredes de la vaina se endurecen mediante la formación de tejidos fibrosos, en su forma inmadura resultan comestibles y se consumen como verdura.
Lo mismo ocurre con los plátanos (bananas) que en Venezuela se llaman "cambures" y en santo Domingo "guineos". Plátanos se les llama únicamente a los de freír. La papaya se llama "fruta bomba" en Cuba, y "lechosa" en Santo Domingo...
Hay pocas cosas que mantengan el mismo nombre...me aventuraría a decir que la papa (patata) es una de ellas y quizás "arroz"...Según el DRAE

FUNDÉU RECOMIENDA...


Recomendación del día


afrontar problemas, no afrentar problemas

Con el sentido de ‘hacer frente al enemigo, a un peligro, a un problema o a una situación comprometida’, el verbo apropiado es afrontar y no afrentar.

Afrentar tiene un significado diferente, el de ‘causar afrenta, ofender, humillar, denostar’, como cuando se dice: «Las palabras del presidente han afrentado a toda la oposición», y no es apropiado emplearlo con el sentido de ‘hacer frente a algo’.

Sin embargo, es habitual encontrar este error en los medios: «Bieber sigue ocupado en resolver algunos problemas que tiene que afrentar», «El equipo debe plantearse cómo afrentar los nuevos retos», «Los asuntos personales de los militantes los afrentan las personas, no la institución».

En todos estos casos el uso de afrentar es inadecuado, y habría sido preferible sustituir el verbo por afrontar, enfrentar, hacer frente u otros términos similares.

LA RECOMENDACIÓN DIARIA:

  LA RECOMENDACIÓN DIARIA el maratón  y  la maratón ,   formas adecuadas   La palabra  maratón  puede emplearse tanto en masculino  ( el mar...