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terça-feira, 9 de fevereiro de 2010

DESTINOLOGIA


¿Es posible predecir el Destino?
Segundo Juan Carlos Basconcello



“No creo en la casualidad ni en la necesidad; mi voluntad es el destino”.
John Milton


Se ha dicho que nuestro destino es “incontrolable”, “ineludible” y hasta “insoslayable”. Sin embargo, podemos afirmar que los seres humanos lucharon siempre por controlar tanto la naturaleza como el medio social y cultural. Mejor dicho la humanidad siempre intentó conocer y explicar para controlar los factores naturales y socioculturales que determinan -siempre en sentido relativo- su destino. La ciencia, las herramientas, en la tecnología, etc., constituyeron diferentes medios para dominar nuestro destino. Hasta se podría afirmar que el afán de dominio de nuestro destino constituyó siempre la motivación principal de la vida humana. Influir en el propio destino en el sentido del cambio constituye, un motivo crucial que nos aventura en experiencias diversas que van desde el deporte, la investigación, escalar una montaña, escribir un libro, o aventuras dislocada o “locas”, y hasta los sufrimientos cuando no concordamos con los patrones o modelos de conductas previas intentando superar el modelo familiar, los condicionamientos sociales y económicos como la pobreza, o incluso del abandono del propio país en búsqueda de la libertad, entre muchos otros ejemplos. Cuando ignoramos las causas de los procesos corporales, mentales y sociales, la angustia, el temor o el sentimiento de peligro invaden nuestras mentes.
El miedo resultante, nos transforma en seres precavidos y esto orienta nuestra vida hacia su protección. Mejor dicho, la ignorancia de las diversas causas que determinan nuestro destino nos llevó a ser precavidos en muchos aspectos de nuestra vida. El carácter de imprevisibilidad de los acontecimientos de la vida nos torna previsores. Claro es que resultan imprevisibles debido a que desconocemos las causas y procesos que determinan los procesos naturales y sociales. De lo contrario y tal como demostró la Psicología experimental en los experimentos sobre grupos, aprendizajes, liderazgos, influencia social, normalización, etc., todo se podría estudiar y hasta controlar en cierta medida.
Pero en lo que hace a nuestra historia emocional, nuestra biografía en devenir, las cosas son muy diferentes. Ignoramos las causas inconscientes de nuestro destino, los “porqués” o causas de la mismas, las motivaciones de nuestra conducta y surge la necesidad de saber respecto de nuestra mente y el sentido de nuestro destino o nuestra vida. Con el pensamiento vulgar y cotidiano resulta imposible conocer las causas de nuestro destino para controlar o anticipar las repeticiones de los infortunios de la vida cotidiana. Pero sí tenemos conocimiento de la historia de un sujeto, su infancia, modelo de familia, modelos paternos, estilos de crianzas, acontecimientos traumáticos, educación emocional y sexual, motivaciones e intereses, formas de pensar, etcétera, podríamos realizar una hipótesis estimativa y provisional respecto de su destino y aventurar una predicción relativa. Es decir la posibilidad de predecir el destino de un sujeto será siempre hipotética, provisoria y relativa a los conocimientos que tenemos de su programa mental. Pero la predicción detallada y puntual de ciertas conductas resultaría casi imposible. Lo que es posible predecir respecto de un sujeto son las líneas generales de su destino, estilo de vida familiar y su concreción en una nueva familia, tipo y formas de vinculación con la pareja similar a la familia de origen, costumbres vinculadas a la clase social de origen, comportamiento relacionado con su cultura, creencias y prejuicios, y muchos otros comportamientos que se relacionan con los modelos previos internalizado en su programa mental. Sin embargo, estamos aludiendo siempre a aproximaciones y a posibilidades cercanas pues el principio de cambio o de creatividad de podría modificar los acontecimientos en otra dirección. Por ejemplo, los denominados “hijos del divorcio”, a menudo, cometen los mismos errores que sus padres, un hijo sale parecido al padre en muchos aspectos, etc.
De la misma manera , un hijo respecto de su Padre, contendrá en forma potencial en su programa mental muchas pautas de comportamientos internalizados en su familia respecto del modelo paterno y que determinarán muchas repeticiones en su conducta posterior. Los ejemplos son innumerables aunque podemos afirmar en forma rotunda que para el profesional de la Destinología resulta fácil predecir muchos comportamientos a partir del conocimiento del programa mental de un sujeto. Mejor dicho el futuro de un sujeto se encuentra contenido en forma potencial en el programa mental de todo individuo. Es decir lo que fue “allá”, en la infancia, y fuera simbolizado a través de pensamientos, imágenes, o identificaciones respeto de los modelos principales del sujeto, decididamente se manifestarán en forma activa en el presente o en el futuro del sujeto. Un aspecto importante respecto de la predecibilidad de una conducta es que la capacidad para predecir comportamiento indica el grado de conocimiento de la subjetividad humana de todo profesional vinculado al campo de las ciencias humanas. La capacidad predictiva indicaría que el modelo construido por el destinológo ha constituido un acercamiento y una cercanía más rotunda con la verdad del sujeto contenida en su programa mental. Como analista en sistemas mentales, el destinológo, indefectiblemente, deberá conocer el funcionamiento de los programas mentales, y a partir de la misma predecir el comportamiento futuro del sujeto.

É possível predizer o destino?

“Não acredito na casualidade nem na necessidade; minha vontade é o destino”.
John Milton


Tem se dito que nosso destino é “incontrolável”, “iniludível” e até “inevitável”. Embora, podemos afirmar que os seres humanos lutaram sempre por controlar tanto a natureza como o ambiente social e cultural.
Melhor dito a humanidade sempre tentou conhecer e explicar, para controlar, os fatores naturais e socioculturais que determinam - sempre em sentido relativo - seu destino.
A ciência, as ferramentas, a tecnologia, etc., constituíram diferentes meios para dominar nosso destino.
Até se poderia afirmar que o afã de domínio de nosso destino constituiu sempre a motivação principal da vida humana.
Influir no próprio destino, no sentido da modificação dele, constitui um motivo crucial que nos aventura em experiências diversas que vão desde o esporte, a investigação, escalar uma montanha, escrever um livro, ou aventuras deslocadas ou “loucas”, e até os sofrimentos quando não concordamos com os padrões ou modelos de condutas prévias, tentando superar o modelo familiar, os condicionamentos sociais e econômicos como a pobreza, ou inclusive do abandono do próprio país em busca da liberdade, entre muitos outros exemplos.
Quando ignoramos as causas dos processos corporais, mentais e sociais, a angústia, o temor e o sentimento de perigo invadem nossas mentes.
O medo resultante nos transforma em seres precavidos e isto orienta nossa vida para sua proteção.
Melhor dito, a ignorância das diversas causas que determinam nosso destino nos levou a ser precavidos em muitos aspetos de nossa vida.
O caráter de imprevisibilidade dos acontecimentos da vida nos torna previsores. Claro é que resultam imprevisíveis devido a que desconhecemos as causas e processo que determinam os processos naturais e sociais.
Do contrário, e tal como demonstrou a Psicologia experimental nos experimentos sobre grupos, aprendizados, liderança, influência social, normalização, etc., tudo se poderia estudar e até controlar em certa medida.
Mas no que faz a nossa história emocional, nossa biografia que virá, as coisas são muito diferentes.
Ignoramos as causas inconscientes de nosso destino, os “porém” ou causas das mesmas, as motivações de nossa conduta e surge a necessidade de saber a respeito de nossa mente e o sentido de nosso destino ou nossa vida.
Com o pensamento vulgar e cotidiano resulta impossível conhecer as causas de nosso destino para controlar ou antecipar as repetições dos infortúnios da vida cotidiana.
Porém se temos conhecimento da história dum sujeito, sua infância, modelo de família, modelos paternos, estilos de criação, acontecimentos traumáticos, educação emocional e sexual, motivações e interesses, formas de pensar, etc., poderíamos realizar uma hipótese estimativa e provisional a respeito do seu destino e aventurar uma predição relativa.
É dizer a possibilidade de predizer o destino dum sujeito será sempre hipotética, provisória e relativa aos conhecimentos que temos do seu programa mental.
Porém a predição detalhada e pontual de certas condutas resultaria quase impossível.
O que é possível predizer a respeito dum sujeito são as linhas gerais do seu destino, estilo de vida familiar e sua concreção numa nova família, tipo e formas de vinculação com o parceiro similar à família da origem, costumes vinculadas à classe social da origem, comportamento relacionado com sua cultura, crenças e prejuízos, e muitos outros comportamentos que se relacionam com os modelos prévios internalizados em seu programa mental.
Sem embargo, estamos aludindo sempre a aproximações e a possibilidades próximas, pois o princípio da troca ou da criatividade poderia modificar os acontecimentos em outra direção.
Por exemplo, os denominados “filhos do divórcio”, a miúdo, cometem os mesmos erros que seus pais, um filho sai parecido ao pai em muitos aspetos, etc.
Do mesmo jeito, um filho a respeito do seu Pai, conterá em forma potencial em seu programa mental muitas pautas de comportamentos internalizados em sua família a respeito do modelo paterno e que determinarão muitas repetições em sua conduta posterior.
Os exemplos são inumeráveis embora possamos afirmar em forma terminante que para o profissional da Destinología resulta fácil predizer muitos comportamentos a partir do conhecimento do programa mental dum sujeito.
Dito de outra maneira: o futuro dum sujeito se encontra contido em forma potencial no programa mental de todo indivíduo.
É dizer o que foi “lá”, na infância, e fora simbolizado através de pensamentos, imagens, ou identificações a respeito dos modelos principais do sujeito, decididamente se manifestarão em forma ativa no presente ou no futuro do sujeito.
Um aspeto importante a respeito da previsibilidade duma conduta é que a capacidade para predizer comportamentos indica o grau de conhecimento da subjetividade humana de todo profissional vinculado ao campo das ciências humanas.
A capacidade de predizer indicaria que o modelo construido pelo destinólogo há constituído uma aproximação e uma cercania mais determinante com a verdade do sujeito contida em seu programa mental.
Como analista em sistemas mentais, o destinológo, indefectivelmente, deverá conhecer o funcionamento dos programas mentais, e a partir da mesma predizer o comportamento futuro do sujeito.

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