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sexta-feira, 8 de janeiro de 2010

ImportaRSE - Florianópolis


24 de noviembre de 2009

Sr. Jacob Holmblad, Presidente
Sr. Michael A. Smith, Secretario
Comité de Gestión Técnica (TMB)

Organización Internacional de Normalización
1, ch. de la Voie-Creuse, Apdo. 56 CH-1211
Ginebra 20, Suiza

Estimados señores,
Las organizaciones empresariales internacionales abajo firmantes participan activamente en las labores del Grupo de Trabajo de la ISO/TMB sobre responsabilidad social (WGSR), y se han implicado en la elaboración de un documento que proporcione orientaciones prácticas y útiles en materia de responsabilidad social a todo tipo de organizaciones. Dado que, en el proceso de la ISO 26000, el proyecto de norma internacional (DIS) representa la última oportunidad para introducir mejoras importantes en el documento, nos dirigimos a ustedes con el fin de expresar nuestra honda preocupación, dado que el DIS no cumple con el citado objetivo, y que es muy poco probable que se generalice su aplicación en el sector privado.
Estas organizaciones remitieron una carta conjunta a los responsables del WGSR antes de que éste celebrara su última reunión en Quebec, a fin de poner de manifiesto sus inquietudes de manera constructiva, y ahora confiamos en ampliar este diálogo al dirigirnos al TMB, en su calidad de gestor de este proyecto para la ISO.
Somos conscientes de que la ISO está sometida a una presión considerable para finalizar la ISO 26000. El proceso del Grupo de Trabajo ha sido largo y difícil y nosotros, al igual que otros muchos, estamos deseando que finalice. Pero el principal objetivo no es simplemente finalizar el documento, sino elaborar unas orientaciones que sean útiles para la práctica de la responsabilidad social en todo tipo de organizaciones, según lo solicitado por el Comité de Gestión en la propuesta de tema de estudio que se presentó en Nueva York. Esto requiere que el propio documento sea fácil de entender y que incluya recomendaciones que la mayoría de los destinatarios puedan asociar a sus actividades habituales sin necesidad de la asistencia de partes ajenas a la organización como pudieran ser auditores o consultores.
El actual borrador no cumple esa finalidad por diversos motivos, los cuales se han ido planteando reiteradamente a todo lo largo del proceso de redacción, y entre los que figuran los siguientes:
El texto resulta demasiado complejo y de difícil lectura. Muchos de los mismos expertos en materia de responsabilidad social que participan en el proceso no entienden plenamente todos los conceptos abarcados en el texto. El resultado que cabe esperar claramente es que numerosos lectores potenciales se limiten a buscar otras fuentes de información que resulten más fáciles de leer y aplicar.
La orientación facilitada no se aplica a todo tipo de organizaciones. A diferencia de lo que se pedía en la propuesta de nuevo tema de estudio, el texto aún está claramente centrado en grandes organizaciones, como pone de manifiesto el excesivo énfasis en temas tales como las cadenas de suministro y las "esferas de influencia", e incluye muchas medidas recomendadas que sólo están al alcance de las organizaciones más avanzadas.

El texto es demasiado extenso y detallado. El borrador incluye demasiadas recomendaciones, lo cual hace que al lector le resulte imposible distinguir lo que es importante de lo que no lo es.

Estamos convencidos de que estos problemas acarrearán toda una serie de consecuencias negativas:
El documento gozará de poca aceptación, lo cual supondría una importante decepción, habida cuenta del tiempo y los recursos dedicados a este proyecto;

La complejidad, la ambigüedad y las exigencias del texto harán que la mayoría de las pequeñas organizaciones consideren que sólo se aplica a las grandes organizaciones que disponen de la capacidad necesaria para poder dar respuesta a las cuestiones que se plantean en la ISO 26000; y

La dificultad para entender y aplicar la ISO 26000 disuadirá a las organizaciones de tan siquiera abordar la cuestión de la responsabilidad social.

Todos estos problemas podrían haberse resuelto si, como hemos sugerido en muchas ocasiones, la ISO y el Comité de Gestión hubieran realizado una encuesta entre los posibles usuarios a fin de determinar el tipo de orientación que se adaptaría mejor a las necesidades de los mismos. Lamentablemente, este consejo se ha desoído continuamente en los numerosos borradores.
Por desgracia, se plantea otro problema grave, que es el de la generalización del uso indebido de la ISO 26000 con fines de certificación. A pesar de que en el texto se afirma claramente que la 26000 “no se ha concebido ni resulta apropiada para fines de certificación” y que “cualquier oferta de certificación, o solicitudes para obtener la certificación, supondría una interpretación errónea de la intención y el objetivo de la norma", una simple búsqueda en Internet de las expresiones “ISO 26000 certification” e “ISO 26000 audit” da lugar a más de 70.000 y 5.000 resultados, respectivamente, que son en su inmensa mayoría ofertas para la prestación de este tipo de servicios. Esta actividad "prohibida" de certificación y auditoría sólo puede servir para dañar la credibilidad de la ISO, socavar la utilidad prevista del documento y, en último término, crear resentimiento en la comunidad de usuarios.
Por último, dado que el beneficio principal de la ISO 26000 es de carácter social – y no comercial como ocurre con otras normas de la ISO – estamos firmemente convencidos de que la versión final de la ISO 26000 debería, como mínimo, distribuirse gratuitamente en formato electrónico, y con un precio muy reducido en formato impreso. Estamos persuadidos de que la reciente decisión del Consejo de la ISO en esta materia fue una equivocación, e instamos al Consejo a que celebre consultas con los grupos de partes interesadas implicadas en el proceso a fin de reconsiderarla.
Confiamos en que los puntos citados les resulten de utilidad en sus discusiones sobre el proyecto de responsabilidad social, y agradeceríamos nos hicieran llegar su respuesta antes de la próxima reunión del WGSR en Copenhague.
Atentamente,
Sr. Jean Rozwadowski
Secretario General, CCI
Sr. Antonio Peñalosa
Secretario General, OIE
Sr. Tadahiro Asami
Secretario General, BIAC

Sr. Hans Werner Müller
Presidente, NORMAPME
Sr. Ross Wraight
Presidente, IFAN
Dr. Richard Sykes
Secretario Ejecutivo, IPIECA
Sr. Charles Bowen
Director Ejecutivo, OGP

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